Ansiedad cósmica
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La NASA podría tener evidencia de vida alienígena, ¿un hecho así nos ayudaría a apreciar más nuestro lugar en el Universo o aumentaría nuestro miedo y confusión sobre el cosmos?
La astronomía, desde el tiempo de Copérnico y Galileo, comenzó a abrir nuestras mentes y permitió iluminar un poco los oscuros recovecos de nuestro pensamiento egocéntrico que nos hacían creer que la Tierra y los humanos éramos el centro del Universo. Aun así, volteamos nuestra vista al cielo infinito para poder comprender si estamos solos o si existe alguna forma de vida inteligente por allá afuera, pues por aquí ha quedado demostrado que es escasa.
Y ha sido ese sentimiento de soledad o ansiedad cósmica, lo que nos ha llevado a escudriñar más allá de los confines de nuestro Sistema Solar y descubrir, gracias al conocimiento científico, que el Universo está lleno de planetas, miles de ellos probablemente habitables. Esto ha hecho creer a muchos científicos que tan sólo por probabilidad estadística, debería existir alguna forma de inteligencia extraterrestre.
Pero a pesar de que muchos creemos que si no han encontrado nada, es porque no hay nada que encontrar, la civilización humana sigue haciendo esfuerzos de búsqueda de inteligencia extraterrestre. Todo empezó con el programa SETI para la búsqueda de inteligencia extraterrestre y la construcción de telescopios espaciales y sondas exploradoras que luego de poco más de 50 años de exploración espacial, nos han permitido saber que, sólo en lo que hemos alcanzado a observar, podría haber hasta 40 mil millones de planetas y 11 mil millones de ellos pueden estar orbitando estrellas similares al Sol.
Todo esto ha requerido millones de horas que los científicos han dedicado a en un esfuerzo de mostrar a la humanidad la verdadera naturaleza de nuestro hogar planetario. Pero todas estas misiones, naves, sondas y telescopios han encontrado sólo una cosa: nada. Y es que en nuestra amplia labor de vigilancia por el Universo entero no hemos visto un sólo guiño, una luz, vamos, ni siquiera un parpadeo de algo o alguien que nos ayude a calmar siquiera un poco nuestra ansiedad cósmica.
Pero hace unos días, la organización “Anonymous” reveló que sospecha que en la NASA se anunciará muy pronto el descubrimiento de vida extraterrestre. De acuerdo con este grupo de activistas, un alto mando de la agencia espacial estadounidense, el profesor Thomas Zurbuchen, director de misiones científicas de la NASA, habría declarado que “Nuestra civilización está al borde del descubrir evidencia de vida alienígena en el cosmos”.
En lo personal, creo que habría que tomar con muchas reservas lo que declara “Anonymus”, pero en un ánimo de debatir esta versión, supongamos por un momento que descubrimos vida extraterrestre, ya sea vida microbiana o inteligente.
Tal descubrimiento sería el mayor en la historia humana. ¿Qué podría ser más fascinante que descubrir que la vida ha evolucionado totalmente independiente de la vida aquí en la Tierra? Muchas personas encontrarían alentador saber que no estamos completamente solos en este vasto y frío cosmos.
¿Pero un hecho así nos ayudaría a desarrollar una apreciación más profunda de nuestro lugar en el Universo? No lo creo. La arrogancia humana, la intolerancia y nuestra propia ceguera para ver más allá de los muros de una sola cultura; una especie de provincianismo cósmico nos sugiere que la humanidad tendría un sentimiento de “ansiedad cósmica”, en donde experimentaremos una mezcla persistente de curiosidad, esperanza, miedo y confusión. Un choque en donde reevaluaríamos nuestro propio papel en el Universo.
Y ahí es donde nuestros dogmas nos impedirían abrir una ventana en el tiempo al momento en que dos civilizaciones puedan reconocerse mutuamente. Quizás ahí reside el gran secreto de que si existe de algún modo vida inteligente en el Universo, una de las razones por las que estas civilizaciones han sido tan escurridizas es que con seguridad existen enormes diferencias en el tiempo de origen y las tasas de evolución biológica y cultural.
Así que lo que obtendríamos por respuesta de una sociedad alienígena, que con toda seguridad estaría más avanzada tecnológicamente que la nuestra, es lo mismo que usted y yo haríamos al notar que a nuestra puerta está tocando el vecino incomodo, el loco del barrio: cerrar con doble llave la puerta e ignorarlo.
@marcosduranf