La danza de los millones
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Coahuila tendrá elecciones de Gobernador, presidentes municipales y diputados locales el 4 de junio próximo. A prácticamente dos meses, la euforia política ya sentó sus reales en todos los ámbitos imaginables de la vida cotidiana. En cualquier sitio y por cualquier medio nos alcanza la política electorera, a veces subrepticiamente, y otras más abiertamente a través de la prensa, la radio, la televisión, el teléfono fijo o el celular, las redes sociales, el correo, los diversos medios electrónicos y los folletines y volantes impresos. Igual por los grupos de simpatizantes de un candidato, reunidos en los cruceros de vialidades importantes para repartir propaganda y hacer ruido con música y megáfono a todo volumen. Pareciera que la política se adueña de nuestra vida, no obstante que la reforma a las leyes electorales redujo en gran medida los tiempos, la publicidad en las calles y los modos de hacer las campañas.
Recientemente, la firma consultora dirigida por Luis Carlos Ugalde, Integralia, publicó su reporte “¿Cuánto costará la democracia electoral mexicana en 2017?” Ahí señala que los partidos políticos en Coahuila recibirán como prerrogativas para este proceso electoral poco más de 176 (ciento setenta y seis) millones de pesos de recursos públicos, mientras en los últimos comicios estatales coincidentes en elecciones de Gobernador, presidentes municipales y diputados locales, llevados a cabo en 2005, los partidos recibieron la mitad de eso: 88.5 millones de pesos.
Las prerrogativas son las cantidades que por ley debe entregar el Gobierno a los partidos políticos para que cubran sus gastos y sus campañas electorales, y se integran con dinero del erario. La Reforma Electoral elevó considerablemente las prerrogativas al autorizar cambios drásticos en los mecanismos utilizados para determinar las sumas que le corresponden a cada partido. Con la autorización de las candidaturas independientes, al incremento de las prerrogativas se suma ahora por primera vez una cantidad destinada a prorratearse entre todos los candidatos sin partido, lo que aumenta considerablemente la llamada bolsa electoral. Otra razón para que las prerrogativas se elevaran en forma tan exagerada es que la propia Reforma Electoral incrementó sensiblemente el tope de gastos de campaña para los candidatos a la gubernatura de Coahuila, de manera que ahora podrán gastar un 157 por ciento más de lo que pudieron haber gastado en las campañas a Gobernador en 2005.
La bolsa electoral, es decir, la cantidad total dedicada a los comicios de ese año fue de casi 262 millones de pesos, la de este será por casi 403, una diferencia de más de 140 millones que de ninguna manera corresponde únicamente a la inflación. La “democracia” le cuesta a México mucho más de lo que nadie pensó y los costos se elevan sin que nadie, ni el Congreso de la Unión, pueda frenarlos. En septiembre del año pasado, por ejemplo, el Instituto Nacional Electoral anunció que para 2017 pretendía destinar 4 mil 138 millones de pesos a las prerrogativas de los partidos políticos, incluyendo la fiscalización de sus recursos y la administración de los tiempos del Estado en radio y televisión, y prácticamente lo logró. Esto es cuando sólo habrá elecciones locales en cuatro estados y ninguna federal. ¿Qué pedirá el INE cuando en todos los estados se celebren elecciones federales para Presidente de México y legisladores que representen a sus entidades federativas en el Congreso de la Unión? La cuantía de las prerrogativas explica la razón de la existencia de 15 partidos políticos en Coahuila, 6 locales y 9 nacionales. Pues ya sabemos la fórmula: hagamos un nuevo partido político y ganaremos más dinero que siendo empleados, ya sea del Gobierno o de cualquier otro patrón.