Lo subterráneo
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Las minas, los túneles, las fosas, los ductos, los cofres.
Es lo que está bajo tierra. Hay innumerables vetas de minerales valiosos.
Alguien comentaba que le tocó ver esos minerales transportados por compañías extranjeras, revueltos con materiales de desecho o de poco valor. Hay, en Pasta de Conchos, despojos de mineros sepultados que no se rescataron.
Túneles bajo el caserío se podían recorrer, con casco, en pequeños vagoncillos de transporte rápido, sobre las vías de las profundidades. En muchas ciudades hay túneles que fueron empleados en las escapatorias bélicas de los tiempos revolucionarios. En la frontera se descubren y se rellenan o se sellan algunos de admirable construcción, con luz y circulación de aire. Pasan de un lado al otro, las mercancías ilegales.
En el mundo subterráneo existen también las fosas. Son cementerios clandestinos en que se entierran subrepticiamente cadáveres de desaparecidos.
Se encuentran en zonas en que las excavaciones de búsqueda van señalando, aquí y allá, los nuevos hallazgos.
Hay también, enterrados, los ductos del petróleo. Tuberías tendidas en red, atraviesan grandes distancias para hacer llegar el energético a las áreas de distribución. Las tomas de succión no permitida, hábilmente disimuladas y dispuestas en terrenos de fácil perforación, surten a una clientela escamoteada actualmente investigada.
Siguen los buscadores tenaces de tesoros. No se cansan de indagar cualquier mención de fantasmas o de aparecidos para descubrir los entierros en cofres sepultados en tiempos de violencia codiciosa.
El subsuelo nacional tiene su mapa propio, salpicado de sorpresas, en constante actualización. Seguramente habrá entrañas de petróleo no descubiertas por privilegiar lo submarino de honduras descomunales. Y sigue en pie la tentación de liberar gas, atrapado en cavidades abismales, con grandes desperdicios de agua.
Excavación y perforación son procesos no interrumpidos en una tierra no suficientemente cultivada, con mantos profundos de agua todavía no aprovechados. Se depositan desechos tóxicos cerca de tierras y caseríos en lugar de alejarlos a sitios apartados en que no haya peligro de contaminación.
Los sistemas ecológicos siempre requerirán protección, no sólo para cuidar la calidad del aire, sino también para cuidar la tierra por encima y por debajo…