‘Mi hija de 25 me culpa por el divorcio’
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ESTIMADA ANA:
Soy una mujer divorciada, después de casi 30 años de matrimonio. Únicamente tenemos una hija y ahora, después de la separación, han comenzado muchos problemas entre nosotras.
Siempre fue una muchachita muy inteligente y “avispada”, más que sus amigas o primas, se distinguía por ser siempre la líder, la que manejaba a su antojo a los que convivían con ella.
Por supuesto que eso le acarreó muchos problemas, no solo a ella sino a nosotros como papás también. No era raro que alguna mamá o mi cuñada o alguien más de la familia, me reclamara por algo que hacía o decía mi hija si no estaba de acuerdo. Y es que nunca fue conformista y siempre luchaba por lo que quería, jamás quitaba el dedo del renglón si se trataba de conseguir algo.
Por una parte me gustaba su actitud pero sabía que tarde o temprano me metería en problemas. Su papá nunca estuvo de acuerdo en tener más hijos, decía que quería dedicarle todo el tiempo y energía solo en ella.
Y así fue, nos dedicamos en cuerpo y alma a ella. Siempre estudió en las mejores escuelas, se desenvolvía en los mejores círculos de la sociedad y poco a poco fue logrando cosas en su vida, siempre tan independiente y libre de decidir lo que ella quería.
Salió con un reconocimiento por mejor promedio de la carrera y no fue un problema que encontrara trabajo desde que se graduó, hace casi un año y medio, por lo que ahora además, es independiente económicamente.
Pero desde que su papá y yo nos separamos, ella se ha dedicado a echarme la culpa, a decirme que si yo hubiera luchado, su papá no se habría ido de la casa y mucho menos me hubiera pedido el divorcio.
Está en mi contra totalmente, además ha adoptado el papel de víctima sin importarle mis sentimientos ni entender el motivo del divorcio, a pesar de su edad. De hecho, con su papá no lleva una buena relación y se queja de que la trato mal.
Por supuesto que no es así, lo que sucede es que es una muchacha muy egoísta, a veces hasta fría y no se diga, manipuladora. Ella tiene un alto coeficiente intelectual, pero falla en el aspecto emocional, siempre se queja que no está satisfecha de su vida, a pesar de tener grandes logros, no los reconoce.
Traté de decirle que quizá una terapia le ayude a superar lo que más le está causando problema últimamente, pero se ofendió y desde entonces se muestra grosera, fría.
Con todo el dolor de mi corazón de madre he decidido no hacerle caso, ignorarla para que ya no me haga sufrir, pero sufro mucho y me deprimo fácilmente. Cuando le envío algún mensaje o le llamo en el transcurso del día no me contesta y cuando lo hace, me dice que está ocupada en alguna junta, que me llamará después, pero no lo hace.
En verdad me siento muy triste, siento que estoy perdiendo a mi hija, la desconozco por completo y no quiero que sea así. Además, siento que fallé como mamá y que no hice lo propio cuando tenía qué hacerlo. Gracias por leer mi carta, le agradecería que solo publicara un pseudónimo, no mi nombre. Atentamente.
SRA. NIDIA
ESTIMADA NIDIA:
De acuerdo a lo que me comentas, veo que tu hija como dicen por ahí, te tomó la medida. Caíste en su juego quizá desde que era niña o adolescente y ahora las cosas son más difíciles de controlar.
Se entiende que un divorcio o separación afecteA a los hijos, pero a los 25 años creo que son solo pretextos, pues si fuera lo suficientemente madura, no actuaría de la manera en la que lo está haciendo. Seguramente quiere seguir siendo el centro de atención como lo fue durante toda su vida y ahora que tu estás pasando por un proceso difícil, no quiere que seas tú quien tome ese papel.
Te recomiendo que te enfoques solo en tu bienestar, en cómo te sientes tú y la dejes que haga su vida, sin que te afecten sus palabras o sus acciones.
ANA
Todos tenemos problemas. ¿Cuál es el suyo?
Para una respuesta escriba a:
ANA APARTADO 500 o BOULEVARD V. CARRANZA
y CHIAPAS, SALTILLO, COAH.
También puede hacerlo vía internet: ana@vanguardia.com.mx