Rayados, el que más se ensucia
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El futbol está lleno de historias peculiares y entre las negativas están las de los futbolistas que dicen ser extorsionados por entrenadores, quienes supuestamente les reclaman una cuota para ponerlos a jugar.
Estas denuncias no son nuevas o exclusivas de una época, sino que desde siempre han sobrevolado el ambiente, aunque la mayoría de las veces lo que faltan son pruebas.
Lo que sí está claro es que el futbol, en general, no está exento de la suciedad que incorpora de la sociedad y desde luego que los personajes que están metidos en esta actividad, tampoco.
En el futbol también hay corruptos y mercenarios, y el negocio no está en vender más boletos o hacer una transferencia, sino muchas veces está en los porcentajes, la palabra que simboliza y resume el materialismo individual en un deporte colectivo.
El famoso reparto de la “torta” como se le conoce en Sudamérica y al que le entran todos.
El uruguayo Walter Gargano quizás lo piense, lo sepa y hasta lo haya experimentado alguna vez, pero se equivoca en lanzar dardos venenosos en un arranque de furia.
Desde el enojo y la frustración que ha acumulado a gran escala por no entrar en planes de Mohamed, el volante insinuó en declaraciones que el técnico intentó negociar de otro modo con él.
“Algunos entrenadores ofician de representantes y se quedan con la ‘torta’. En mi caso no acepto eso y creo que eso también le molestó mucho (a Mohamed)”, dijo el charrúa.
La acusación es grave, pero se debilita para el acusador por carecer de pruebas. Mohamed ya avisó que demandará al uruguayo por “ensuciar su nombre”, aunque nunca fue nombrado por Gargano. Por su parte, la directiva de Rayados se quiere quitar de encima al jugador.
En esta particular novela al único que se ensucia es al Monterrey.
Gargano debe aceptar las reglas del juego. Si Mohamed no lo contempla para el primer equipo es una decisión deportiva, independientemente de lo que haya detrás.
Hacer denuncias de este calibre por despecho habla de la naturaleza del profesional. Su experiencia mucho menos lo autoriza para vulnerar códigos sin sustento en un ambiente extremadamente vengativo.
Nadie puede asegurar que lo de Gargano sea verdad o falso, ni tampoco se sabe si Mohamed le entra a esas cuestiones, pero lo mínimo que tendría que hacer el club es investigar antes de tomar una posición al respecto y evitar caer en complicidades con algunas de las partes.
Se irá Gargano, se defenderá Mohamed, pero Rayados será quien, al final del día, quedará pegado, sobre todo moralmente, si no purifica esta contaminación.