Robo de autos: el problema es la impunidad
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Si la Policía Municipal se declara incompetente para garantizar la prevención de los delitos, no se puede confiar en la seguridad ni en la justicia
“En el norte (de la ciudad de Saltillo) tenemos un problema grave en el robo de vehículo en su totalidad. Se nos ha disparado porque particularmente en el robo de vehículo tenemos un aumento del 39 por ciento en comparación con el año pasado. En lo que llevamos de este año deben de ser 52 robos de vehículos”.
La frase anterior corresponde a declaraciones realizadas por el teniente Diego Arturo Zaragoza, delegado de la Policía Municipal en la zona norte de Saltillo, al exponer la mayor incidencia de robos de vehículos en la demarcación bajo su responsabilidad y realizar un llamado a la ciudadanía para “extremar precauciones” durante el periodo vacacional de verano.
El funcionario recomendó a los residentes del sector, como una forma de prevenir el ser víctimas de robo en sus viviendas, que hagan saber a sus vecinos que se encontrarán ausentes en caso de salir de la ciudad.
La recomendación es, sin duda alguna, atendible. El uso de la lógica más elemental hace suponer a cualquiera que si su vivienda permanecerá sola durante algunos días, tal circunstancia puede ser notada por los “amantes de lo ajeno” e incrementarse así el riesgo de ser víctima de robo.
Pero el hecho de que nuestras casas se encuentren solas durante algunos días no puede ser, ni por mucho, justificación para que el riesgo de ser robados se incremente. Y tal realidad nos conduce a tener claro que no es la ausencia de inquilinos en una vivienda lo que la vuelve “apetitosa” para los ladrones, sino otros factores.
El más importante de ellos, por supuesto, es la impunidad. Igual que ocurre con otros delitos, el de robo tiene altos índices de incidencia porque el principal incentivo para que alguien decida apoderarse indebidamente de una bien ajeno es la escasa posibilidad de ser castigado por ello.
Aquí son dos los problemas que pueden identificarse en torno al señalamiento: la prevención y la persecución de los delitos.
Lo que le toca a la Policía Municipal, como todos sabemos, es la prevención. Y si la mejor recomendación que tiene el delegado en la zona norte de la ciudad, para hacernos “sentir tranquilos” es pedirnos que le “encarguemos” nuestra casa y nuestro auto a los vecinos, ya podemos ir resignándonos a cualquiera de dos realidades indeseables: renunciar a las vacaciones o resignarnos a que, probablemente a nuestro regreso nos espere una desagradable sorpresa.
Porque no son nuestros vecinos los responsables de garantizar la integridad y seguridad de nuestros bienes, sino la corporación cuyo funcionamiento los ciudadanos garantizamos mediante el pago de impuestos, es decir, la Policía Preventiva Municipal.
En este sentido, si la Policía se declara incompetente a priori, los ciudadanos tendremos que asumir, lamentablemente, que debemos encargarnos personalmente de nuestra propia seguridad y de que no podemos confiar en la existencia de un cuerpo preventivo para irnos de vacaciones con tranquilidad.