Aumenta consumo de cristal un 3000 por ciento en Coahuila; segundo narcótico más usado en el estado

Es evidente que el uso de metanfetaminas lleva a un proceso de destrucción de la salud física y mental, sin embargo, en Saltillo y en toda la entidad su consumo ha ido en incremento.

Según datos del Sistema de información Epidemiológica de los Centros de Integración Juvenil (CIJ) a nivel nacional, la cifra de pacientes atendidos que refirieron el uso de esta droga en Coahuila, pasó del 1.8 por ciento en 2015 hasta el 62.04 por ciento en 2021.

También señala que, hasta ahora, el cristal se encuentra en el segundo lugar de mayor consumo y le antecede la marihuana, seguido de inhalables, alcohol y múltiples sustancias.

De acuerdo con la directora del CIJ en Saltillo, Norma Alicia Pérez Reyes, el cristal es altamente adictivo, relativamente barato y de fácil acceso, sin embargo, afecta el sistema nervioso central, puede provocar trastornos mentales, delirios paranoicos que conducen a comportamientos agresivos repentinos y psicosis.

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Estas alteraciones pueden llegar a originar pensamientos homicidas, suicidas, provocar el rompimiento de relaciones sociales y familiares, debido a que estimulan el sistema amigdalino que es el responsable de gestionar las emociones de rabia e impulsividad, además de que forma parte de un sistema modulador de la memoria.

Y es que el cristal es una sustancia tóxica que se elabora a base de pastillas y anfetaminas, mezcladas con químicos altamente dañinos y corrosivos y su combinación con otras drogas puede llegar a producir comportamientos agresivos y violentos.

Un servidor en internet con el subdominio teinteresa.es explica que, para “cocinar” metanfetamina suelen utilizarse materiales como cabecillas de fósforos, yodo, drano (que se utiliza en la limpieza de cañerías corroídas por óxido), líquido hidráulico para frenos, efedrina, gas butano e incluso hidróxido de sodio.

“Al poco tiempo, quien la consume empieza a sentir ataques de pánico, alucinaciones, convulsiones, se torna agresivo. El consumo de esta droga afecta la memoria, y también a órganos como el hígado, los riñones y pulmones, además de que aumenta el riesgo de infarto o derrame cerebral”, señala Pérez Reyes.

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Añade que, aunque existen tratamientos para atender esta adicción, la abstinencia a la sustancia puede llegar a provocar otros efectos en los pacientes que los llevan a la recaída si no cuentan con una red de apoyo firme y segura, como lo puede ser la familia.

“Cuando un integrante de la familia sufre por alguna adicción, es muy importante que en la rehabilitación también se involucre la familia, que tomen tratamiento junto con los pacientes, porque muchas veces es el entorno familiar el que se vuelve facilitador del consumo de sustancias. El acompañamiento de la red de apoyo siempre será importante para la recuperación de los pacientes”, apunta Pérez Reyes.

De acuerdo con estadísticas de la Fiscalía General de Coahuila, al menos en 4 de cada 10 personas que han sido imputadas como presuntas responsables de delitos de alto impacto se ha detectado que se encontraban bajo el influjo de drogas y alcohol al momento de la detención.

En el último mes, en Coahuila, dos personas dieron muerte, una a su padre y otra a su madre, de forma por demás violenta y bajo el influjo del cristal.

En Cañada Ancha, Ramos Arizpe, un adicto mató a su padre a hachazos, mientras que en Parras de la Fuente, otra persona asesinó a su madre a cuchilladas, luego de consumir metanfetaminas.