Dinastía de los Forlán, la familia más campeona de América

Deportes
/ 23 septiembre 2015

El abuelo Corazzo y el nieto Diego Forlán tienen otros puntos en común, ya que ambos jugaron en Independiente.

Buenos Aires, Argentina.- "Tenía toda la presión familiar encima", sonrió Diego Forlán el domingo por la noche al salir del Monumental de Buenos Aires, cuando de su pecho ya colgaba la medalla dorada de campeón de Copa América. El linaje estaba a salvo.

Mitad en serio, mitad en broma, el mejor futbolista del Mundial 2010 se refería a la estirpe del apellido en el torneo de selecciones más antiguo del mundo. Las dos generaciones anteriores, la su padre Pablo Justo Forlán, y la de su abuelo materno Juan Carlos Corazzo, ya habían sido campeones de América.

El primer título de la triple generación fue en 1959, un año en el que, insólitamente, se jugaron dos Copas América. La primera fue en marzo, en Buenos Aires, y la ganó Argentina, pero la segunda, disputada en diciembre en Ecuador, quedó para Uruguay, que ya era dirigía por Corazzo.

El abuelo Corazzo y el nieto Diego Forlán tienen otros puntos en común, ya que ambos jugaron en Independiente. Lo recordó este domingo en Montevideo Pablo Forlán.

"Mi suegro jugó en un gran Independiente, junto a otros grandes jugadores como Vicente de la Mata y Arsenio Erico. Y además tiene un mérito que sólo comparte con Alfio Basile: haber ganado dos Copas América como técnico", dijo en referencia al entrenador argentino que se quedó con los títulos de 1991 y 1993.

Corazzo fue campeón por segunda vez en 1967, como local en Uruguay, cuando uno de los futbolistas del plantel era justamente su yerno, Pablo Forlán, por entonces defensor de Peñarol.

En realidad, Pablo Forlán era suplente en aquel Uruguay campeón de 1967. Ingresó en dos de los cinco partidos, y en ambas ocasiones lo hizo en el mismo minuto, en el 82, por lo que en total sumó 16 minutos en cancha. Su primera vez fue contra Chile y después repitió contra Argentina, en el juego que les dio a los uruguayos la vuelta olímpica.

Pero además, Pablo Forlán y Diego Forlán jugaron dos Mundiales cada uno. El padre los de 1966 y 1974, y el hijo los de 2002 y 2010.

"Mi papá me mandó mensajes de apoyo durante toda esta Copa América, e incluso el día de la final contra Paraguay. Se quedó en Montevideo y prefirió ver el partido solo porque se pone muy nervioso", contó el delantero.

De su relación con su abuelo, fallecido en 1985, Diego Forlán habló hace un par de años en una entrevista con la revista "El Gráfico".

"Era el papá de mi mamá y casi no llegué a hablar de fútbol con él. Sé que vino a la Argentina desde Uruguay, que se entrenó en Racing, y como no quedó, se cruzó de vereda. En Independiente jugó varios años en la década del 30. Era mediocampista central y formaba una recordada línea media con Ferrou y Echeverría. De grande fue entrenador de la selección Uruguaya, incluso dirigió al equipo en el Mundial del 62, y ganó dos Copas América, la de 1959 y 1967. Y en la del 67 dirigió a mi viejo", dijo el más joven de la dinastía.

En realidad, Corazzo llegó a jugar un partido en Racing, pero después sumó 191 encuentros en Independiente, club en el que Diego Forlán jugó a principios de la década pasada.

"La Copa América significa mucho para mí porque mi abuelo la ganó, mi padre lo ganó y ahora lo gané yo. Tres generaciones se llevaron este torneo, el apellido Forlán quedará en la historia", dijo Forlán instantes después de ganar la final con dos goles de su autoría. La estirpe, a salvo.

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