UE y OTAN celebran arresto de Goran Hadzic
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Los organismos internacionales dijeron que su captura es un paso importante para Serbia en la realización de su perspectiva europea
La Unión Europea (UE) y la OTAN celebraron hoy la detención de Goran Hadzic, antiguo líder de los serbios de Croacia y último de los acusados por crímenes de guerra por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY).
Después de la captura del excomandante militar serbobosnio Ratko Mladic, en mayo pasado, la detención ahora de Hadzic 'envía una nueva señal positiva a la UE y a los vecinos de Serbia' sobre 'la aplicación de la ley' en el país balcánico, afirmaron en un comunicado conjunto los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
'Se trata de más un paso importante para Serbia en la realización de su perspectiva europea, e igualmente crucial para la justicia internacional', dijeron.
Los líderes europeos urgieron a las autoridades serbias a transferir 'sin tardanza' a Hadzic a la sede del TPIY, en La Haya, para que pueda ser juzgado por los crímenes de los que se le acusa.
'La cooperación total con el TPIY sigue siendo esencial para el camino de Serbia hacia la UE', señalaron Barroso y Van Rompuy.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, elogió a las autoridades serbias por haber 'cumplido sus obligaciones internacionales' y permitir que 'se cierre uno de los más dolorosos capítulos de la reciente historia europea'.
Para el líder de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) , el futuro del país balcánico está 'en la cooperación constructiva con sus vecinos y con la familia euro-atlántica'.
'La OTAN sigue comprometida en ayudar toda la región de los Bálcanes Occidentales en su camino hacia la integración euro-atlántica', afirmó Rasmussen.
El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, con sede en La Haya, Holanda, hizo pública en 2004 la acusación contra Hadzic por crímenes de guerra y contra la Humanidad perpetrados entre 1991 y 1993 en la rebelde Krajina.
El serbocroata está acusado de persecución, asesinato, tortura, deportación y destrucción indiscriminada así como de ser responsable de la masacre de Vukovar, donde unos 200 civiles croatas fueron asesinados.