Vecinos de barrio madrileño enfrentan a la policía para evitar detención de migrante

Internacional
/ 23 septiembre 2015

Vecinos de Lavapiés y decenas de manifestantes hicieron retroceder a varios coches policiales al grito de "Ningún ser humano es ilegal"

Madrid. Decenas de vecinos del barrio de Lavapiés, en Madrid, se han enfrentado a un grupo de agentes de policía que estaban pidiendo la identificación a varios inmigrantes. Algunos manifestantes han llegado a golpear y zarandear los coches policiales. Al grito de "Fuera del barrio" y "Ningún ser humano es ilegal", la multitud hizo retroceder a varias dotaciones policiales.

Los disturbios comenzaron hacia las 20.30 cuando los policías estaban pidiendo la identificación a varios supuestos inmigrantes, según han indicado testigos presenciales. Marcela Jaramillo -nombre ficticio-, vecina del barrio, ha relatado que acudía a una de las asambleas del 15-M en la Puerta del Sol y al entrar en el metro vio a la policía detener a un joven senegalés al que ha preguntado a gritos si le arrestaban por los papeles. Siempre según su versión, el joven ha contestado que sí y Marcela ha salido del metro para pedir ayuda a otros indignados del 15-M, que estaban celebrando una asamblea. Todos han bajado entonces para impedir que lo detuvieran.

Los policías subieron en el ascensor del metro y cuando llegaron a la superficie se han encontrado a cientos de vecinos que trataban de impedir que se llevaran al joven inmigrante. Un centenar de personas ha bajado por la calle Valencia haciendo recular a un coche de la Policía Nacional y a una decena de agentes al grito de "Fuera del barrio" y "Ningún ser humano es ilegal". A pesar de que los agentes amenazaban con porras a los manifestantes, algunos han llegado a empujar con sus propias manos el coche.

Al menos una furgoneta y dos coches patrulla más llegaron en apoyo de los agentes, pero tuvieron que retirarse después de recibir numerosos golpes. Los policías se han parapetado en la entrada de la calle Valencia. A las nueve de la noche, parecía que la violencia iba a desbordarse. A pesar de que la mayoría de los manifestantes coreaba consignas pacíficas, algunos miembros muy excitados golpeaban señales y árboles.

Unas cinco patrullas más llegaron en ese momento desde Atocha hasta el retén de policías, visiblemente asustados, y una veintena de agentes más, algunos antidisturbios, formaron una línea para bloquear el avance de la multitud. Progresivamente los manifestantes hicieron retroceder a la policía. Hacia las 21.30 el incidente ya había sido resuelto sin detenciones.

Un portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid aseguró a la agencia EFE que el suceso se ha inició cuando un extranjero fue interceptado al pretender entrar en el metro sin pagar.Fue retenido en el lugar y se reclamó la presencia policial. Los agentes se disponían a acompañarlo a una comisaría del barrio pero al salir al exterior de la estación de metro se encontraron con varias decenas de personas que les increparon.

"Eso es mentira, porque si te pillan sin billete no llaman a la policía", comentaba después una chica que acompañaba a Jaramillo en Lavapiés, cuando la plaza ya estaba tranquila. El trabajador de metro aclaró que la intervención policial fue necesaria, debido a la reacción violenta del detenido. "Por supuesto no quiso pagar la multa", contó el hombre. La protesta empezó en el metro, pero se acabó trasladando a la superficie. La policía se estaba llevando al inmigrante a comisaría. Como no podían subir por las escaleras, colapsadas por miembros del 15-M, que terminaron rellenando hojas de reclamación contra Metro, utilizaron el ascensor. Entonces, a la salida, se vivieron los momentos de más tensión, según los testigos. Jaramillo y sus amigas contaron que la policía actuó con fuerza, para asegurarse de que el coche patrulla podía salir de Lavapiés, camino de la comisaría, con el detenido dentro.

La gente gritaba a la policía "fuera del barrio". Dos chicas que colaboraban en el punto de información que el 15-M instala todas las tardes en la plaza, confirmaron que a los agentes no les fue fácil salir de la plaza, que el coche patrulla fue zarandeado y que consiguieron marcharse por la calle del Ave María. Las mismas testigos, que solo dan sus nombres, Ana y Siana, relataron que varios coches patrulla y un furgón de antidisturbios subieron como refuerzo por la calle de Valencia, y al no poder avanzar por la presión de la masa se retiraron hacia Embajadores. Llegada la calma, y como protesta contra la detención del inmigrante, el 15-M tenía previsto presentarse en la comisaría de Centro, en la calle de Leganitos, para solicitar la liberación de Sek. "Ha sido emocionante. Es un barrio que se caracteriza por la diversidad racial y cultural", resumió Jaramillo.

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