Ahmadinejad, acusado en la ONU y respaldado por sus amigos latinoamericanos
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Nueva York, EU.- El presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, dejó la Asamblea General de la ONU bajo una lluvia de críticas por su programa nuclear, pero con el respaldo de algunos de sus amigos latinoamericanos como Nicaragua, y también Bolivia y Venezuela a cuyos presidentes pasó a visitar.
Ahmadinejad puso fin el jueves por la noche a una breve visita a Caracas y La Paz, durante la cual selló acuerdos de cooperación con Bolivia, se pronunció contra el "imperialismo" estadounidense junto al presidente venezolano Hugo Chávez y consiguió el apoyo del mandatario boliviano Evo Morales "al desarrollo de la energía nuclear con fines pacíficos".
La calurosa bienvenida que recibió de sus aliados latinoamericanos se sumó al apoyo que cosechó durante la Asamblea General de la ONU de parte del presidente nicaragüense, Daniel Ortega, quien cuestionó durante su discurso la "autoridad moral" de Estados Unidos para poner en duda "el derecho de Irán (...) a utilizar el desarrollo atómico con fines pacíficos".
La visita de Ahmadinejad a Estados Unidos para participar de la Asamblea General de la ONU, de donde partió el miércoles, causó revuelo incluso antes de que el presidente iraní tocara tierra estadounidense.
El polémico mandatario había manifestado su intención de visitar la zona cero de Manhattan, donde estaban las Torres Gemelas derribadas en los atentados del 11 de setiembre de 2001. La idea causó conmoción viniendo de un presidente al que Estados Unidos e Israel acusan de apoyar el terrorismo, y las autoridades de la ciudad le negaron el permiso de dirigirse al sitio.
El lunes, ya en Estados Unidos, Ahmadinejad empezó por decir durante una videoconferencia con periodistas, que Irán tiene todo el derecho de buscar tecnología nuclear para fines civiles. "Somos un país que ama la paz", subrayó.
El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó cuatro resoluciones contra Irán, tres de las cuales incluyen sanciones por su negativa a dejar de enriquecer uranio, que puede utilizarse como combustible para armas nucleares.
La presencia de Ahmadinejad en Nueva York para la Asamblea General de la ONU suscitó variadas protestas en las calles de la 'Gran Manzana', y también en su propia cara.
Lee Bollinger, presidente de la Universidad de Columbia que invitó al mandatario iraní a hablar en esa casa de estudios, lo calificó lisa y llanamente de "cruel dictador".
Ahmadinejad reaccionó diciendo que las palabras de Bollinger eran "un insulto a la información y conocimientos de la audiencia".
Durante su visita a Caracas, Chávez lo felicitó por su respuesta.
"Respondió usted con la altura de los revolucionarios y con la fuerza moral de Irán y de los pueblos del mundo. Nos sentimos representados por usted.
Venezuela entera aplaude su gesto y su coraje", enfatizó Chávez.
Ahmadinejad, que ha llamado a "borrar del mapa" a Israel, expresó en Columbia que le gustaría que se hiciese una investigación minuciosa sobre el Holocausto perpetrado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, al que antes tildó de "mito".
Para rematar su primer día de faena el líder iraní se despachó también contra la comunidad homosexual. "No tenemos ese fenómeno" en Irán, dijo, y fue abucheado por parte del público presente.
Diarios y tabloides retrataron en grandes fotografías al cuestionado presidente, mientras que algunas manifestaciones buscaron mostrarle que no era bienvenido.
Irán también cosechó críticas de parte de Argentina, quien señaló a Teherán por su falta de cooperación en la investigación de un atentado contra una mutual judía perpetrado en 1994 en Buenos Aires con un saldo de 85 muertos.
"Hasta hoy, lamentablemente, la República Islámica de Irán no ha brindado toda la colaboración requerida por la Justicia argentina para el esclarecimiento de los hechos", se quejó ante el pleno de la Asamblea General el presidente argentino, Néstor Kirchner.
Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania y la Unión Europea acordaron el viernes esperar hasta noviembre por dos informes, uno del director general de la AIEA, Mohammed ElBaradei, y otro del Alto Representante europeo para la Política Exterior, Javier Solana, antes de decidir nuevas sanciones en contra de Teherán por sus actividades con uranio.