2017: ¿temporada de ‘vacas gordas’ para Coahuila?
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De acuerdo con cifras proporcionadas por el secretario de Finanzas de Coahuila, Ismael Ramos Flores, nuestra entidad no sufrirá ninguna repercusión negativa en sus finanzas producto del recorte al presupuesto federal planteado por la Secretaría de Hacienda en el paquete económico para el próximo año entregado recién al Congreso de la Unión.
Contrario a tal posibilidad, Coahuila y sus municipios podrían recibir un incremento en sus participaciones de casi seis puntos porcentuales, en términos relativos, de acuerdo con las previsiones del presupuesto de egresos de la Federación para el próximo año.
¿Qué significa eso? En tiempos actuales, en los cuales todas las entidades públicas del País están esperando a ver de qué tamaño será “el golpe” a sus finanzas para 2017, la noticia implica que Coahuila podría estar en una situación privilegiada en materia de gasto público.
Más allá de eso, el contar con un presupuesto mayor –así sea marginalmente– al de este año habla bien de quienes, a nombre de la entidad, negociaron las partidas presupuestales del Estado en la etapa de integración del paquete fiscal del próximo ejercicio, previo a su remisión al Congreso.
Por otro lado, más dinero implica la posibilidad de mantener e incrementar el gasto en inversión pública y obra social lo cual debería traducirse en destinar mayores recursos, por ejemplo, a la educación.
De sobra es sabido que una de las áreas que en primera instancia sufren recortes presupuestales es la educación superior. De hecho, ya han comenzado en el País los pronunciamientos de rectores que advierten sobre lo negativo que resultaría el que se afectara el presupuesto para la educación superior a partir del recorte anunciado.
En tales condiciones, una de las acciones positivas que la administración estatal podría instrumentar con los recursos adicionales que recibirá, sería garantizar que el sistema de educación superior de la entidad no sufra recortes el año próximo y que las universidades públicas cuenten de forma oportuna con los recursos necesarios para financiar todos sus proyectos.
Y es que si algo resulta importante, en épocas de crisis, es que las sociedades apuesten a la formación de capital humano, pues son las personas mejor preparadas las únicas que pueden garantizar, a corto, mediano y largo plazo, el progreso colectivo.
No es la educación, por supuesto, el único renglón del presupuesto que demanda –y demandará en forma permanente– atención prioritaria. También está la seguridad pública, la salud o la infraestructura para atraer inversiones, por sólo citar algunos ejemplos.
Sin embargo, cualquier proyecto de desarrollo que desee garantizar a largo plazo el progreso colectivo y construirlo sobre bases sólidas, no puede descansar en pilares distintos a los de la educación. Por ello, si en 2017 Coahuila atravesará por una “época de vacas gordas”, lo ideal sería que en ese periodo se privilegie el presupuesto educativo.