Abundancia para la vida
COMPARTIR
TEMAS
Millones y millones de galaxias para que un solo planeta de la Vía Láctea tenga vida.
Millones de espermatozoides para que solo uno penetre el óvulo.
Semillas abundantes para que solo algunas germinen.
Es en la Creación la abundancia al servicio de la vida. Nos parece despilfarro. Pródigo el Padre Creador no se manifiesta calculador, repartidor de mínimos. Su esplendidez tiene su máxima expresión y su más amplio espectro cuando se trata de facilitar la múltiple presencia de la vida exuberante.
Los recursos parecen rebasar la suficiencia para una creciente humanidad. Solo hasta ahora se habla de límites a causa de la actitud depredadora de las últimas generaciones. El agua podrá escasear y se preparan procedimientos incontables de purificación hasta del agua marina o de las aguas negras. Muchos materiales parecen tener reservas no cuantiosas y se diseñan los reciclajes en que se sigue empleando lo mismo ya transformado.
Los viciados sistemas económicos, que despojan y concentran, generan esa desigualdad de opulencia y miseria en todas las ciudades y en todos los países. Hartura y hambre son simultáneos en el planeta. No se da un desarrollo orgánico. Se producen tumores y elefantiasis al lado de anemias y raquitismos enfermizos.
Que los empresarios se comprometan, junto con el gobierno a acabar con la pobreza extrema y se sume a eso la aniquilación de la corrupción ya es un buen propósito. Aunque llegue retrasado, señala un rumbo muy esperanzador. La abundancia económica se ha ido por los caños de la corrupción en cantidades escandalosas. Puede haber solvencia en muchos proyectos solo tapando esos agujeros en el barril presupuestal.
Que la abundancia sea para la vida como en la Creación puede ser una recuperación de rumbo para ir logrando una prosperidad no exclusiva. Los accesos progresivos a los bienes básicos de alimento, vestido, habitación, salud, educación y el reconocimiento de todos los derechos humanos puede dar por resultado una vida digna para todos.
De la casa embrujada puede darse un éxodo de fantasmas. Quienes la habitan, acostumbrados a ellos, los querrán atraer de nuevo para seguirse asustando. Pero pueden también ir llegando los resultados que despiertan confianza y motivan a solidaridad y cooperación.
Régimen y ciudadanía podrán ir encontrando una confluencia saludable. En un clima de diálogo y de autocrítica irá creciendo la madurez relacional en que cada quien hace lo que le corresponde.
En la casa común en que se trenzan tierra, raza, cultura, historia y fe es posible convertir los errores en experiencia y armar, entre todos, el rompecabezas de la paz centrada en la justicia....