Administración Trump, ¿hora de voltear a otro lado?
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“Nosotros empezamos a voltear a oriente hace cinco años. Ayer varios periódicos de la Ciudad de México sacan notas como que China va a sustituir a los Estados Unidos como líder del comercio mundial. También se publicó que Cepal recomienda a México voltear a Sudamérica. Coahuila ya lo hizo, hasta tuvimos una feria con 20 países (Expo Aladi) que vinieron a conocer el Estado y a comprar productos mexicanos y de Coahuila”.
Las palabras son del gobernador Rubén Moreira y forman parte de una declaración mediante la cual el mandatario coahuilense fijó postura en relación con el triunfo de Donald Trump en los Estados Unidos, señalando que es momento de voltear la vista hacia otros mercados.
“Es importante que la gente se mantenga tranquila, la historia no va a ser como se pinta ahora. Claro que si ese hombre se decidiera a hacer todo lo que propuso, lo pudiera hacer, es el país más poderoso del mundo, será el hombre más poderoso del mundo…”, dijo el Gobernador al referirse a los negros pronósticos que proliferan en México y los Estados Unidos respecto de la suerte que le espera a las relaciones bilaterales.
Tiene razón, sin duda el Mandatario al advertir que, de proponérselo, el futuro Presidente de los Estados Unidos podría tomar decisiones que provoquen serios problemas en la economía nacional, pues el mercado de consumo más importante del mundo tiene ese poder.
Y no le falta razón tampoco al plantear que la alternativa es ver hacia Europa, y en dirección al continente asiático, pues si los Estados Unidos deciden no mantener el intercambio comercial que se ha construido con nuestro país en los últimos 20 años, los exportadores nacionales necesitan considerar las alternativas a su alcance.
Sin embargo, a diferencia de los señalamientos que el gobernador Moreira hace en relación con la planta productiva coahuilense, el resto de la economía nacional no está preparada para “migrar” rápidamente hacia otros mercados y explorar rutas alternas para el intercambio comercial.
Por lo demás, la enorme frontera que compartimos con los Estados Unidos nos convierte en socios naturales y eso difícilmente puede modificarse desde la perspectiva de quien es el “socio débil” de los acuerdo comerciales en América del Norte.
La fórmula teórica pues, no está mal. Lo que constituye un problema serio es la posibilidad de instrumentarla en el brevísimo plazo que existe entre el momento actual y la toma de posesión de un presidente estadounidense que ha prometido actuar con severidad, “desde el primer minuto de su mandato”.
Por lo pronto, independientemente de lo que ocurra en el futuro próximo, sin duda este episodio de la historia nacional apunta para convertirse en el más grande ejemplo del acierto contenido en la conseja popular que recomienda “no colocar todos los huevos en una sola canasta”.
Nosotros lo hicimos en el pasado reciente al confiar plenamente en nuestra relación comercial con los Estados Unidos y la historia está a punto de pasarnos la factura.