Adoptar en México
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Esta semana llegó a mi casa un perrito. Simplemente llegó a la puerta de nuestra casa. Mi esposo fue el primer emocionado en que pudiéramos adoptarlo, ni se diga mis hijos. Nosotros ya tenemos un perro bulldog y estamos esperando nuestra tercer bebé, entonces para mí tener otra mascota representa todo un reto. No estuve muy de acuerdo en un principio, y mi esposo me convenció de preguntar en redes sociales la opinión de nuestros amigos y familia, básicamente someterlo a votación. Por aplastante mayoría, ganó que nos quedáramos con el perro.
A pesar de que no existe un censo sobre la cantidad de mascotas que son abandonadas, algunos colectivos y organizaciones de la sociedad civil hablan de que son alrededor de 500 mil al año. Se dice que existen más o menos 28 millones de animales de compañía que están abandonados, y el 70 por ciento de ellos viven en las calles.
Si bien es una responsabilidad adoptar mascotas, ya sean gatos o perros, puesto que hay que alimentarlos, llevarlos a vacunar, pasearlos, entre otras cuestiones, reconozco a quienes asumen el reto y la responsabilidad de darles un hogar.
Ahora bien, como mamá de dos hijos y una más que viene en camino y habiendo experimentado la responsabilidad de la adopción de una mascota. Sólo puedo ponerme de pie y aplaudir con la mayor admiración posible a todas aquellas familias que han asumido la responsabilidad de la formación de una persona, a través del más puro regalo de amor que es adoptar una niña o un niño.
Según el Inegi, en México hay 30 mil niñas y niños que esperan ser adoptados. De acuerdo a datos del DIF, del 2012 al 2017 se registraron 5 mil 342 adopciones en todo el País. Es decir, un poco más del 15 por ciento del total que pudiera ser adoptado. Según las recomendaciones de UNICEF del 2013, en México existen 1.6 millones de niñas, niños y adolescentes en abandono, sin contar aquellos que viven en centros de adicciones, centros penitenciarios o espacios de psiquiatría, y lo que ha aumentado en los últimos años.
En otras palabras, hacen falta muchas familias que asuman el reto y la responsabilidad de entregar el amor más sincero a través de la adopción.
Si bien es cierto que el sistema de adopciones en México requiere regulaciones que permitan hacerlo más ágil y eficiente, así como incentivos que permitan aumentar el número adopciones. Es decir, hoy en día una familia de clase media o media-alta que quiera adoptar con un ingreso promedio de 50 mil pesos al mes, que bien podría darle una vida mejor a la de cualquier casa hogar, sería muy difícil y largo el proceso de adopción porque requiere asesoría legal, viajes a los juzgados y en su caso hasta moches para poder realizar el trámite. No todos somos el primo de un amigo con la capacidad de gestión necesaria.
La lista de las niñas, niños y adolescentes que esperan ser adoptados es grande y va en aumento. Su situación de vulnerabilidad al vivir en abandono puede dañar de forma permanente su desarrollo cognitivo y marcarlos en su sentir y pensar durante su vida adulta.
Así que senadores, diputados, gobernadores, alcaldes y señor Presidente el tema de la adopción en México es urgente, pueden mejorar vidas. Recuerden la primera vez que decidieron participar en lo público porque querían salvar vidas, aquí les presento una oportunidad fácil. Hay un gran número de trabajadores sociales que no encuentran dónde ejercer su vocación, los necesitamos para reintegrar a estas niñas, niños y adolescentes. ¿Asumen el reto?
@garciacecy_
ceci.garcia@dcamexico.org