Alcocer: un sabio frente al huracán
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Hay un fantasma que recorre el sector salud en el Gobierno Federal, afecta el desempeño de muchos de los organismos que lo integran y despierta más temores de una cacería brujas que la inquietud generada por el coronavirus.
Este fantasma cobra cuerpo en el intento por tumbar de su puesto al secretario de Salud, Jorge Alcocer, médico eminente, personaje que por décadas ha sido cercano a la izquierda mexicana. Y un servidor público dedicado a llamar a sus colaboradores, muchas veces sin éxito, al trabajo en equipo.
Una sorda convulsión burocrática en el sector dio comienzo desde que, en plena campaña presidencial, el entonces candidato López Obrador anunció que en caso de ganar designaría en el puesto a Alcocer Varela, uno de los investigadores más acreditados del país por sus trabajos en medicina interna, reumatología e inmunología clínica. Una labor en la que más de una vez ha atendido a miembros de la familia López Obrador, entre ellos a su primera esposa, Rocío Beltrán, fallecida en 2003 a causa de una agresiva variedad de esclerodermia, una enfermedad autoinmune.
Ajeno a las cofradías que por décadas manipularon la asignación de puestos en un sector con gigantescos intereses económicos, Alcocer asumió el reto dejando atrás el laboratorio y las cátedras que condujo por décadas desde el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición "Salvador Zubirán", una de las catedrales de alta especialidad hoy bajo fuego por un afán que según reportes allegados a este espacio, es alimentado por partida doble desde la Secretaría de la Función Pública, a cargo de Irma Eréndira Sandoval, y las oficinas de Raquel Buenrostro, una poderosa funcionaria ubicada primero en la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda y ahora al frente del SAT.
De manera inopinada, en días pasados un grupo de periodistas (financieros y de salud) fueron convocados por colaboradores de la señora Buenrostro para un encuentro privado con Gustavo Reyes Terán en las oficinas que ocupa desde octubre pasado este último, como nuevo coordinador de la comisión que supervisa a los institutos y hospitales de alta especialidad. Se trataba del primer contacto con prensa de este funcionario, trepado al cargo por gestiones de la señora Buenrostro.
Otros factores parecieran alienarse en favor del propósito de marginar a Alcocer Varela. Entre ellos sobresale la extrema visibilidad del subsecretario Hugo López-Gatell como vocero de temas médicos. En público, secuestra el micrófono durante las mañaneras de los martes. En privado, pontifica en favor de la 4T y contra los gobiernos del pasado… en los que él laboró.
En días pasados, sin embargo, tuvo lugar un discreto coloquio entre el Presidente y su secretario de Salud. A partir de ello, Alcocer ha recuperado protagonismo y la atmósfera en su entorno parece comenzar a sanearse. Habrá que ver si en la actual crisis no se impone el retorno de los brujos.
rockroberto@gmail.com