Amor a los Acereros de Monclova lleva a Samuel a viajar a Mérida para apoyarlos en la búsqueda por el título
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El hombre monclovense tramitó una tarjeta de crédito para pagar los boletos de avión y poder seguir a su equipo
Para muchos aficionados monclovenses, el amor a los Acereros llega a realizar cosas que habían jurado nunca hacer, como acudir a varios bancos para tramitar una tarjeta de crédito y poder pagar los boletos de avión para seguir al equipo de sus amores.
Tal es el caso de Samuel Martínez García, quien a lo largo de 40 años ha sido fiel a la Furia Azul y hasta este año se animó a acudir a una institución bancaria para tramitar un plástico con el cual pudiera comprar los boletos de avión.
“Fui desde el martes a un banco a pedir una tarjeta y me pidieron muchos requisitos, así que no me la dieron. Luego fui a Coopel y ahí sólo me pidieron mi credencial para votar y me dieron mi tarjeta”, relata Samuel desde una banca del aeropuerto de Guadalajara, donde hizo escala, ya que pudo tramitar sus boletos hasta el jueves por la noche.
Por eso es que no pudo apoyar a su equipo desde el viernes, cuando se reanudó la serie en la ciudad de Mérida, luego de que martes y miércoles repartieron triunfos en Monclova los Acereros y los Leones, para definir al campeón de la Liga Mexicana de Beisbol.
De hecho ya tenía sus boletos listos, los había comprado con mucha anterioridad, pues este año confía en que sea “El bueno” para la Furia Azul, luego de largas décadas esperando el título.
Salió a las 2 de la madrugada de Monclova con rumbo al aeropuerto de Monterrey, en esta travesía lo acompaña su esposa María Guadalupe Reyes, a quien convenció con el pretexto de vivir finalmente su luna de miel, esa que no pudieron celebrar 35 años atrás.
Nació en Sierra Mojada, Coahuila, pero a los 17 años emigró a Ciudad Frontera, y desde entonces se hizo acerero de corazón, más aún cuando comenzó a trabajar en AHMSA, donde sigue laborando.
Tal es su amor al equipo que se lo heredó a su familia, integrada por esposa, dos hijas, un hijo y cuatro nietos, quienes apoyan incondicionalmente a Acereros.
Por eso, su hijo no tuvo problema en llevar a sus padres hasta el aeropuerto de Monterrey, donde salía su vuelo. Luego de casi 6 horas, finalmente llegaron a Mérida, emocionado porque cree que este año será el bueno para su equipo, este año se coronarán.