Antes del regreso a clases…
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TEMAS
ESTIMADA ANA:
Soy profesora en un grupo de secundaria y comencé a trabajar recién me gradué. A mí, como a muchos más que he leído que le escriben, tampoco me fue muy bien a la hora de encontrar un buen trabajo.
Y no es que dar clases sea algo malo, sino que uno siempre sueña con salir y trabajar en una gran empresa y ganar mucho dinero. La cuestión aquí es que no puedo evitar sentirme nerviosa al llegar al salón de clases. Trabajo en un colegio particular y los muchachos de ahora son distintos en su comportamiento que cuando yo era estudiante.
Ahora no se miden a la hora de hacer comentarios y critican muy fácilmente a sus profesores, llegando incluso a faltarles al respeto. En mi caso, al entrar al salón escucho frases como “pobrecita” o risas “discretas” a la hora de explicar mi clase.
Yo no pretendo que sientan pena por mí, por ser “inexperta”, al contrario, me gustaría ganarme a pulso el respeto de cada uno de ellos. Trato de ser muy amable y hasta cariñosa y afectiva, pero me doy cuenta que ellos rápidamente se confunden, pues me tratan con lástima, se burlan y no me gusta.
Cada vez que salgo de clase y me doy cuenta que no me tomaron en serio, salgo triste y deprimida, me siento derrumbada y con muchas ganas de llorar. Trato de tomar las cosas como son, de entender que son adolescentes que apenas están en su etapa de crecimiento y madurez, pero no puedo evitar decepcionarme.
Por el momento es mi única opción laboral, he dejado solicitudes y currículos en algunas empresas y no ha surgido la oportunidad.
En verdad me da tristeza al verlos actuar de esa manera. Cuando fui estudiante jamás se me ocurrió dejar hablando sola a la maestra, contestarle mal a un profesor, reírme de la directora o insultar a la coordinadora.
Yo no sé si los papás de estos jovencitos estén realmente enterados de cómo se comportan sus hijos en clases, pero si alguien está leyendo mi carta, le recomiendo que se acerque más a ellos, que platiquen y toquen este tipo de temas, no es posible que exista tanta falta de respeto de los alumnos hacia los maestros.
Inculcar los valores como el respeto es básico y definitivamente comienza desde casa. Si los papás no ponen un alto ahora, después será imposible, luego se andan asustando o quejando de los casos de bullying o acoso escolar. Opino que está en los papás la tarea de entablar una comunicación más estrecha con los muchachos para descubrir todos estas malas actitudes, poner un alto y corregirlos.
Y no es que me quiera hacer la víctima, pero no se me hace justo que se comporten así de mal con personas que, por su edad, hasta podrían ser sus padres o abuelos. Esa falta de respeto que tan fácilmente surge es algo decepcionante en verdad.
Espero que a alguien le sirva lo que escribo en mi carta y mientras tanto yo, seguiré en busca de otro trabajo. Saludos.
Sylvia
ESTIMADA SYLVIA:
Te entiendo perfecto, estoy contigo y te apoyo en todo lo que mencionas. No es la primera maestra a quien escucho tocar el mismo tema: enfrentarse a jovencitos irrespetuosos y groseros, que no les importa que alguien esté frente al salón dando su clase, que no tienen la menor idea de lo que significa educación y respeto.
Es lamentable en verdad que los jóvenes de hoy no valoren lo que tienen, esa gran oportunidad de estudiar, de acudir a una escuela a prepararse para ser personas de bien. Parece que ahora solo les interesa quién trae el mejor celular, quién es novia de quién y cosas por el estilo.
Esperemos que nuestro papel como papás sea firme y que así como desde pequeños les enseñamos a respetar a sus abuelitos, también lo hagamos con sus maestros, que son quienes están una buena parte del día con ellos.
ANA