Apagan 14 rescoldos en la sierra de Zapalinamé para que el incendio no ‘reviva’

Para evitar que el fuego “reviviera”, durante el jueves y viernes aproximadamente 60 brigadistas apagaron 14 rescoldos del incendio que afectó entre el domingo y miércoles la Sierra de Zapalinamé.

Divididos en varios equipos, ayer y antier inspeccionaron de nueva cuenta el área para controlar posibles brotes; VANGUARDIA fue testigo de su labor en un recorrido por las hectáreas dañadas.

Según explicaron, el sotol –una de las especies de cactáceas que crecen en la zona– se encargó de propagar las llamas a otras partes de la montaña, ya que su raíz guarda grandes cantidades de alcohol y, al momento de prenderse, los restos ruedan cuesta abajo por la inercia del peso.

En la caminata rumbo a la devastación, desde el Centro Ecológico ubicado en el valle del Cañón de San Lorenzo, se observaron al menos una decena de restos de fogatas dejadas por visitantes. El siniestro no había ocurrido antes por pura suerte.

Además se pudieron ver pañales sucios, ropa usada, basura y grafitis sobre piedras del arroyo e inclusive en árboles. La falta de conciencia de preservación del lugar es grave.

Ya en la zona afectada, los brigadistas señalaron constantemente lo peligroso del suelo, inestable por la constante caída de rocas. El olor a quemado se impregnó en la ropa, pero sorprendió que no sólo hay ceniza en el sitio: sobrevivieron algunas plantas y matorrales.