Ariel de piel oscura

Preciosa. Ese fue el primer adjetivo que me vino a la mente al enterarme que Halle Bailey había sido elegida por Disney para interpretar el papel protagónico de la nueva versión con actores en vivo de La Sirenita. Y es perfecta: tan jovencita como el personaje, delgada y ágil como una sirena y canta increíble. Aunque en los Estados Unidos esta joven de 19 años de edad es ya bastante conocida, en el resto del mundo quizá no lo sea tanto y por eso, antes de ofrecer mi opinión al respecto de la elección de Halle, hablemos un poco de su trayectoria.

Nacida en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, el 27 de marzo de 2000, Halle Bailey llamó la atención desde muy jovencita por ganar competencias musicales junto a su hermana Chloe con quien forma un dueto musical llamado precisamente Chloe x Halle. Basta buscarlas en YouTube para descubrir que tienen una talento extraordinario y sus voces se acoplan maravillosamente. Chloe es un año y 8 meses mayor que Halle.

Pero la parte musical no es lo único que forma la carrera de Halle. Ella también ha trabajado como actriz haciendo algo de cine pero principalmente televisión. Actualmente las dos hermanas siguen presentando su música, teniendo mucho éxito sobre todo en internet, que es donde las nuevas generaciones consumen entretenimiento. Además cuentan con el increíble apoyo de Beyoncé quien, después de escucharlas haciendo una versión de su canción Pretty Hurts, se convirtió en protectora de estas jóvenes.

Fue, de hecho, la protección por parte de Beyoncé lo que llevó a las hermanas no solamente a abrir los conciertos de la intérprete de Single Ladies, sino a estar nominadas al Grammy como mejor artista revelación. En pocas palabras, las hermanas Bailey no son unas improvisadas o advenedizas. ¡Ah! Algo que no he mencionado al hablar de Halle Bailey, por ser un detalle completamente irrelevante, es que es afroamericana. Y su delicada belleza es la propia de su raza. No parece “una mujer blanca sumergida en chocolate”, sus rasgos hacen justicia y honor a aquellos cuyas raíces son africanas.

Pero, a pesar de todo el talento y belleza que ella posee, parece que a miles de personas la elección de Halle como La Sirenita las ofendió. “¡Ariel es pelirroja y de ojos azules!”, gritaron iracundos sus detractores. En realidad, Ariel era rubia en la historia original que escribió en 1837 el escritor danés Hans Christian Andersen. Ya después, por motivos de mercadotecnia, en Disney la dibujaron pelirroja aunque seguía siendo tan blanca como la luna, la nieve y el alba.

“No pueden cambiar la esencia del personaje”, “Me están robando mis recuerdos de la infancia”, alegan muchos. Yo digo en voz alta que Ariel puede ser afroamericana, asiática o latina; honestamente creo que todos los seres humanos somos iguales. Sin embargo, hay algo que no puedo dejar de señalar. Oscurecer a Ariel para dar paso a la diversidad y lograr que todas las niñas afroamericanas puedan sentirse identificadas con ella, me parece un asunto muy perverso.

Si lo analizamos con profundidad, es como si los supremacistas blancos le “dieran permiso” a Halle Bailey de meterse en la piel de un personaje que antes era blanco. ¿Hay alguien que crea que los productores y ejecutivos de Disney son afroamericanos? ¡Es una empresa completamente blanca! Y son esos señores los que deciden y conceden que Ariel ahora tenga piel oscura. ¿No pueden crear princesas, héroes y dioses que desde su nacimiento sean negros, asiáticos o latinos? Para acabar definitivamente con el racismo, tenemos que soltar el pasado, incluyendo a los personajes antiguos.