Arte sin fronteras: ‘El desierto más allá de la puerta’

Garance Maurer llegó como diseñadora textil a trabajar en Saltillo y se fue con la experiencia de haberse convertido en una artista que experimentó con los tejidos y hasta el land art, acompañada de otras artistas cuya colaboración fue fructífera para todas.

El programa de Residencias Artísticas de la Federación de Alianzas Francesas de México, permite este tipo de interacciones al estrechar los lazos entre ambas naciones a través del arte y en su segunda edición fue esta creativa francesa quien, acompañada por Carolina Monroy, Sofía Ramos, Laila Castillo y Mercedes Aquí, exploró el territorio coahuilense en busca de inspiración.

La sexta parada en su recorrido por siete Alianzas Francesas del país, Saltillo, acercó de otra manera a Garance al arte textil, con su ancestral tradición sarapera, y en apoyo con la Escuela del Sarape “La Favorita”, la Escuela de Artes Plásticas de la UAdeC y el Museo de Artes Gráficas presentó en este último recinto los resultados de su trabajo el pasado jueves 30 de mayo.

“El desierto más allá de la puerta” nombraron al esfuerzo que por 10 días llevaron a cabo tanto en los lugares antes mencionados como en la localidad de El Gavillero, en General Cepeda, donde sus interacciones con el paisaje desértico dieron como resultados dichas piezas, las cuales abordan temas como el territorio, la pertenencia, el mestizaje y la conexión entre diversas culturas.

Durante el evento inaugural Aurora Bustillos, presidenta del comité de la Alianza Francesa de Saltillo, señaló que la institución es además de un centro de enseñanza de la lengua francesa “un centro, principalmente, de cultura, y para nosotros, para todos los que participamos en la Alianza estos son los momentos más ricos, los momentos en los que nos encontramos con la población, con nuestros compañeros, nuestros vecinos, con los interesados en Francia y en la cultura”.

Por su parte Claire Labat, directora de la Alianza Francesa de Saltillo, destacó que esta es la segunda edición del programa de residencias y cómo desde el principio buscaron la participación de la capital coahuilense en él.

“Saltillo, por ser capital mundial de Sarape, tenemos que aprovechar estos espacios para dar a conocer la tradición que tenemos en Saltillo y en el caso del proyecto que hoy van a descubrir el diálogo entre la modernidad y el mundo artesanal y natural, a través de los teñidos y el trabajo de los artesanos”, dijo.

A pesar de que las artistas saltillenses presentaron obras terminadas, Garance prefirió una aproximación más enfocada a compartir su experiencia durante estos días, por lo cual dedicó su esfuerzo al registro fotográfico y a través de otros medios como el frottage de las acciones realizadas en el campo, en contacto no sólo con la naturaleza, sino también con el pasado a través de los petroglifos del lugar, símbolos muy presentes en la muestra.

La obra principal es un video donde se puede ver a las cinco mujeres cubriendo una enorme roca en medio del desierto de General Cepeda con una manta blanca, como símbolo de protección y de dar de las formas general de un objeto, el espacio total que ocupa, en una acción descrita por ellas como bastante significativa y especial, a lo cual se unió el entusiasmo de Garance por llevar a cabo una pieza de land art, que hasta este momento no había tenido la oportunidad de realizar.

“Esta idea de estar en el desierto usando técnicas un poco burdas”, dijo entre risas la artista, “de impresiones, que son el frottage, y trabajamos en piedras con petroglifos de miles de años, como que desde ese acto nació una acción relacionada con la memoria, con el tiempo, con el lugar, todo lo que compone al desierto”.

Su trabajo no termina aquí, pues aún debe trabajar en la última parada, la Ciudad de México, donde también trabajará de manera similar, con los símbolos, el contexto y la idiosincrasia de la metrópoli y culminará el 8 de junio con la exposición de todo su esfuerzo en el país en la Biblioteca Vasconcelos, muestra que luego llegará, con fecha por confirmar, a Saltillo, para poder conocer así la diversidad de nuestro país desde la mirada de una mujer quien, en estrecha coordinación y confianza con los locales, experimentó lo mejor de México.