Ataque de pánico... (Apartado 500)
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Hola, necesito ayuda, estoy desesperada. Tengo 32 años y no soy capaz de aguantar en un trabajo, siempre que empiezo me acaban entrando ataques de auténtico pánico, hasta el punto de que me provocan náuseas. Sólo pensar en el trabajo me da auténtico pavor. No sabía lo que tenía hasta que navengando por internet me enteré de que se trata de ergofobia. Pasado mañana empiezo a trabajar y aunque intento animarme y pensar en positivo no puedo parar de llorar pensando en lo que me espera. Lo peor es que no puedo contárselo a nadie porque pensarán mal de mí y nadie lo va a entender. Tengo malos pensamientos incluso deseo que me pase algo para no tener que enfrentarme al problema. Necesito ayuda aunque sea un consejo, por favor.
Desesperada
Estimada Desesperada:
Las razones del miedo al trabajo pueden ser diversas y en ningún caso deben ser razón para avergonzarse. Sin embargo, reconocer un miedo en la empresa de forma pública no es fácil y no saber buscar soluciones puede prolongar una situación incómoda más de lo debido. En la mayor parte de los casos tus miedos tienen una solución que tú mismo puedes llevar a la práctica. Es decir, tú mismo puedes superar tu miedo al trabajo.
Es posible que tengas miedo a no estar calificado para el trabajo. Que es más conocido como Síndrome del Impostor, este miedo se caracteriza por la sensación que tienen algunos trabajadores de no merecer el éxito que alcanzan o de no estar calificados para ocupar las posiciones que tienen a nivel laboral. A pesar de llevar a cabo su trabajo con éxito, se sienten sobrevaloradas y están siempre alerta esperando el momento en que alguien se den cuenta de que, en realidad, no tienen las cualidades necesarias para el puesto que ocupan. Es necesario deshacer esas creencias negativas y trabajar en los valores, habilidades y conocimientos propios. De esa manera aprendemos a valorarnos y a recuperar la autoestima.
Una de las situaciones más habituales en la empresa y a las que temen enfrentarse los empleados son las jornadas laborales que sobrepasan el horario laboral e incluyen fines de semana y jornadas maratonianas sin remuneración. Sin embargo antes de aceptar un puesto, debemos preguntar todo, incluidos los horarios reales de trabajo. Una vez conocidos, hay que sopesar los pros y los contras y ser consecuentes con la decisión que hayamos tomado. Si aceptas, y con el tiempo sientes que no merece la pena, deja de hacerlo sin miedo a las represalias. Quién sabe, puede que la represalia te lleve a algo mejor, nunca sabemos qué hay detrás de cada puerta.
Puede ser que tengas miedo a no alcanzar los objetivos. Muchas de las empresas fijan objetivos cuantitativos que ejercen una presión en los trabajadores. Algo fundamental en el trabajo y en la vida es desdramatizar. Trabajar por objetivos es duro cuando lo haces por primera vez, así que hay que curtirse cuanto antes. Y sobre todo aceptar que si quieres ese trabajo necesitas 'vivir el día a día', siendo un buen profesional, pero sin obsesionarte por qué pasará a final de mes.
Tienes qué reconocer qué tipo de miedo es y trabajar específicamente sobre eso, ten seguridad que se puede enfrentar.