AUNQUE VIVÁIS MÁS AÑOS QUE SARNA
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El Quijote I, 12
A un grupo de pastores con los que está don Quijote, llega de la aldea un mozo con el bastimento. Además de la comida les trae la noticia de la muerte de Grisóstomo, cuya sepultura será el día siguiente. Los pastores, con excepción de uno que cuidará del ganado de todos, deciden ir al funeral del joven Grisóstomo, graduado en Salamanca y recientemente convertido en pastor.
Don Quijote se interesa por saber más acerca del difunto. El pastor Pedro, que el día siguiente no asistirá al entierro, porque, dice, “no me deja andar el garrancho que el otro día me pasó este pie”, le dice al caballero andante que Grisóstomo se enamoró de la hermosísima Marcela, hija de padre rico y también pastora, quien siempre lo desdeñó, igual que a todos los hombres que la han pretendido.
Agrega a continuación Pedro: “Y quiéroos decir ahora, porque es bien que lo sepáis, quien es esta rapaza: quizá, y aún sin el quizá, no habréis oído semejante cosa en todos los días de vuestra vida, AUNQUE VIVÁIS MÁS AÑOS QUE SARNA”.
Don Quijote corrige al pastor, diciéndole que quiso decir Sarra y no Sarna. En realidad Pedro se refiere a Sara, la bellísima mujer de Abraham, quien siendo éste muy anciano y ella estéril, engendran a Isaac, con lo cual se dio cumplimiento a la promesa divina según el relato del libro del Génesis, el cual dice que ella vivió ciento veintisiete años. Por eso dice el pastor Pedro que lo que sobre Marcela va a contar a don Quijote, no lo oirá en su vida, “aunque viváis más años que Sarna” (Sara).