Avivar Gobierno Abierto en Coahuila
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Gobierno Abierto (GA) es un modelo de gobernanza que busca solucionar problemas específicos de demandas que surgen desde la ciudadanía, cumpliendo con cuatro pilares básicos como punto de partida: participación ciudadana, transparencia, rendición de cuentas e innovación tecnológica.
En el 2011, México incursionó a nivel federal en el esquema de GA; sin embargo, luego de confirmarse evidencias sobre la participación del Gobierno mexicano en actos espionaje digital ilegal a tres activistas e investigadores, el núcleo de sociedad civil dio por terminada la relación en mayo de 2017.
Por su parte, en mayo de 2014, el Gobierno estatal, en conjunto con Instituto Coahuilense de Acceso a la Información Pública (ICAI) y el Centro de Análisis e Investigación Fundar, presentó ante el Congreso una iniciativa de Ley de Acceso a la Información que incluía un capítulo de GA. Esto dio origen a la construcción del primer Secretariado Técnico Tripartita, compuesto con representantes de la sociedad civil de cada una de las regiones de la entidad, la Secretaría de Fiscalización y Rendición de Cuentas y el ICAI, el cual arrancó en el 2015. Un año después se construyó el Plan de Acción 2016-2017 que buscaba plasmar las problemáticas más sentidas de las organizaciones participantes.
Cinco compromisos conformaron el plan: Laguna, deuda pública; Norte, depredación del Río San Rodrigo; Centro, fondos de seguridad pública del programa Subsemun; Sureste, derecho humano al agua; Carbonífera, drenaje y saneamiento. Además, se agregó un sexto compromiso de transparencia proactiva concerniente al proyecto de extracción de gas shale y uso de fracking que no tuvo ningún avance. (Vanguardia, enero de 2019).
Pese a los esfuerzos los resultados fueron poco satisfactorios; pues los compromisos se cumplieron al 60 por ciento. Los motivos obedecen a múltiples factores, por un lado, la resistencia de las dependencias públicas a proporcionar información, y por otro, la escasa participación de tomadores de decisiones, éstos mostraron poca voluntad política en el ejercicio.
Entonces ¿no se ganó nada? Sería injusto para los participantes, sobre todo aquellas personas que representan el lado ciudadano, juzgarlo de esa forma. GA en Coahuila y en México ha dejado lecciones que merecen ser aprendidas para perfeccionar el modelo y no desaprovechar las herramientas ciudadanas de incidencia que se desprenden de nuestros marcos normativos.
Tanto en Coahuila y en el México, los ejercicios de GA se han avivado; sin embargo, hay retos. El primero, garantizar un compromiso real de las dependencias públicas involucradas -porque con los órganos garantes no basta- para transparentar información que derive en políticas públicas que nos conduzcan a cambios significativos. Por supuesto, tampoco se puede dejar de lado el esclarecimiento de los actos de espionaje para impedir que hechos así se repitan.