Bodas aplazadas desde 2020 en Coahuila por COVID-19, se transforman en celebraciones pequeñas
La ilusión por casarse de muchas parejas quedó en un espejismo en 2020 por culpa del coronavirus
En los últimos meses el amor ha seguido en el aire, pero ha tenido que postergarse por el COVID-19.
Poco más del 80 por ciento de las bodas programadas en 2020 se tuvo que aplazar, por lo que busca “transformarse” para ahora así llevarse a cabo.
Los festejos por enlaces matrimoniales tendrán que ser con la mitad de los invitados considerados inicialmente e incluso, en algunos casos, únicamente con la familia nuclear y los testigos, convirtiendo dichos eventos en ceremonias íntimas y reducidas.
La ilusión de muchas parejas por casarse quedó en un espejismo en 2020 por culpa del coronavirus, y el arranque de este 2021 con el repunte de casos de COVID-19 en Coahuila, hace que la incertidumbre se mantenga.
En primer lugar por la prohibición de eventos masivos y la ignorancia del proceso para obtener un permiso del Subcomité Regional y la falta de “rastreadores” que supervisen el evento, relata Nidia Esquivel, vocera de los Proveedores de Eventos Sociales de Coahuila (Provec).
“Hay incertidumbre entre la gente, hay muy pocos en estos primeros meses, más que los reagendados del 2020, los nuevos eventos son después de marzo ya el cliente del año pasado está resignado y se
está adaptando a las nuevas disposiciones”, dijo Esquivel.
En segundo lugar por la crisis económica que derivó de la pandemia y hasta en algunos casos, porque las crisis emocionales durante la pandemia acabaron con el amor de algunas parejas.
A decir de Diana González, una planeadora de eventos profesional, algunas de las bodas reprogramadas del 2020 para el 2021 no sobrevivieron” a los gastos que implicaba reagendar
el evento y los costos extra que algunos proveedores manejaron para respetar los contratos.