Buscar la vida entre virus y camellones
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La mayoría son casados, tienen más de tres hijos y este trabajo informal les permite llevar cada día algo de comer a casa
Desde que empezó la contingencia el número de personas que trabajan en los principales cruceros de la ciudad, ha crecido notablemente.
Uno de estos cruceros es de los arcos de entrada a la colonia Mirasierra, donde en un fin de semana, viernes, sábado y domingo, es posible ver entre ocho y 12 hombres y mujeres que venden jugos naturales, periódicos, bolis o se dedican a limpiar coches o simplemente a pedir, en medio del tráfago.
Algunos de estos trabajadores forman parte de esos 28 mil desempleados en Coahuila que ha dejado la crisis económica provocada por la pandemia.
La mayoría son casados, tienen más de tres hijos y este trabajo informal les permite llevar cada día algo de comer a casa.
BUSCAN UN BUEN PUNTO
A decir de los que trabajan en este crucero, los arcos de Mirasierra son un buen punto por su gran afluencia vehicular y de gente.
En un día normal estos trabajadores de la calle pueden llevarse entre 400 y mil pesos, en una sola jornada de ocho horas bajo el intenso calor o el frío.
Claro que este trabajo, de atravesarse entre los carros durante la luz roja del semáforo, tiene, como todo trabajo, sus riesgos.
En el crucero de los arcos de Mirasierra ya ha habido atropellamientos de personas que paran aquí para vender encendedores, diarios, limpiar vidrios o pedir alguna moneda, personas que generalmente no cuentan con servicio médico.