Caricias y susurros virtuales, un nuevo fenómeno en Internet
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La experiencia de sentir un hormigueo placentero y relajante en la nuca y la columna vertebral en respuestas a estímulos como susurros, movimientos suaves y pausados o sonidos repetitivos, la ASMR, se traslada del mundo real al ámbito virtual, causando furor en internet
¿Siente un cosquilleo por la nuca cuando oye que susurran? ¿Nota un hormigueo que le recorre la espalda al observar movimientos muy pausados? Si es así está experimentando los efectos de la ASMR, una respuesta sensorial placentera ante ciertos estímulos que la ciencia aún está investigando, y que se ha convertido en un fenómeno que arrasa en Internet.
La ASMR, sigla en inglés de Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma, es una sensación estática en la piel, comparable al hormigueo, explica Judit Subirana, neuropsicóloga y profesora asociada de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), en Barcelona (España).
UNA CUESTIÓN DE NEUROTRANSMISORES
Esta sensación, que algunos han denominado ‘orgasmo cerebral’ y que no todas las personas experimentan, “comienza normalmente en el cuero cabelludo y recorre la parte posterior del cuello y la parte superior de la columna vertebral”, según esta investigadora y docente de UOC.
Puntualiza que esta sensación se activa ante estímulos visuales y auditivos como “una voz suave, el sonido repetitivo que se hace al pasar las páginas de un libro o al dar golpecitos con las uñas en una superficie plástica, el movimiento pausado de una persona cortando una zanahoria o el sonido que se genera al masticar o al sorber líquidos…”, incide.
Poco se conoce a ciencia cierta sobre la base neurológica y el origen evolutivo de la ASMR, pero seguramente algunos neurotransmisores, tales como las endorfinas, podrían asociarse a ese proceso al ser sustancias cerebrales cruciales a la hora de inducir las sensaciones de placer asociadas, según esta doctora en Psicología.
"Los escasos estudios efectuados hasta ahora, para validar el poder tranquilizador, relajante, excitante o hipnótico de la ASMR han obtenido resultados dispares y difíciles de replicar (repetir) pero interesantes, por lo que vale la pena seguir investigando", señala.
Por ejemplo, los investigadores Barratt y Davis encontraron en 2015 que entre el 65 y el 75 % de las personas que participaron en su estudio, eran sensibles a experimentar ASMR en función del tipo de estímulo desencadenante.
En ese sentido, resultará clave “la investigación acerca de este fenómeno, como la que están desarrollando algunos autores para definirlo y para analizar su potencial y aplicabilidad en distintos ámbitos”, señala Subirana a Efe.
"En cualquier caso, el fenómeno ahora denominado ASMR, y que antes fue descrito con otros nombres, es un fenómeno ya conocido, no deja de ser una respuesta sensorial del cuerpo humano a un estímulo recibido, el cual es placentero para los sentidos", especifica.
“Lo que ha cambiado es que este concepto real se ha trasladado ahora al ámbito virtual debido a la atención que ha recibido en redes sociales, por parte de personas con un gran número de seguidores e influencia en esas redes”, explica la neuropsicóloga.
"Mientras que hasta hace poco solo se había descrito la ASMR de forma personal o presencial (ante un corte de pelo, una caricia, un sonido agradable…), ahora la forma de recibir esos estímulos o ‘input’ se ha trasladado al mundo virtual", apunta Subirana.
Es que mientras los científicos buscan evidencias sobre la ASMR, este fenómeno causa furor en Internet, “con un número creciente de vídeos en YouTube de contenido ASMR y, sobre todo, de la audiencia masiva que los consume", según la UOC.
GANANDO MILES DE DÓLARES AL AÑO
Apuntan que “YouTube cuenta con miles de vídeos con esta temática, muchísimos en español, y sus autores son verdaderas estrellas. Lauren Woods o Sophie Michelle, por ejemplo, son expertas en relajar a los usuarios mediante susurros y ganan decenas de miles de dólares al año", según el diario británico Daily Mail.
La española Ana Muñoz es una de las ‘youtubers’ más populares del género, con su canal Love ASMR. La compañía Samsung ha patentado un dispositivo Galaxy con una carcasa que podría permitir a los usuarios grabar videos ASMR, informa la UOC.
Según la UOC, las marcas comerciales también se han sumado a este boom, con anuncios como el de Ikea o el del auto eléctrico Zoe de Renault basados en estímulos de estilo ASMR.
El joven Owen Dennis Riley interpreta en su canal el papel de novio o pareja virtual de sus más de 600.000 suscriptoras, a las que les canta, ofrece sopa cuando "están enfermas" o hace regalos, combinando las conductas propias de un buen novio con las técnicas de la ASMR, según la UOC.
"Este concepto se conoció en 2007, cuando los internautas intercambiaron testimonios sobre esta sensación en un foro de Internet, y le puso nombre Jennifer Allen, una profesional de la ciberseguridad y el hackeo ético, que propuso que el antes llamado ‘orgasmo mental inducido auditivo’ o ‘euforia inducida por la atención’, pasara a llamarse ASMR", señala Subirana.
También indica que el ASMR puede desencadenarse a alguien si le tocan ligeramente el cabello, la mano o la espalda, por ejemplo, o cuando oye los sonidos de bajo volumen, como una voz, palabras suaves o susurros, o los que se producen al rascarse, cepillarse o arrugar algo.
De la misma manera puede experimentarse al ver los movimientos suaves de alguien y las expresiones faciales amables, señala Subirana, matizando que "es necesario que la persona esté relajada y predispuesta para que el desencadenante de la ASMR surta efecto, algo que se comprueba en los videos o pódcast ASMR".
“Los usuarios de estos vídeos dicen que los relaja, los ayuda a conciliar el sueño y a desestresarse. También afirman que los consuela durante un momento triste, pero la ciencia aún no se ha pronunciado con rotundidad y hay mucho que aprender, conocer e investigar sobre la fisiología de la ASMR y su efectividad", concluye.
"El ASMR, que se puede usar en un entorno real como una técnica de relajación en ‘Spas’, está presente en Internet desde hace años y ahora cobra auge cuando los internautas comparten y comentan las experiencias y sensaciones que les generan determinados contenidos", señala Silvia Martínez, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación en la UOC.
"Sea por la sensación que generan, que incluso podría ser fruto de un efecto placebo o de la propia influencia de sentirse parte de un grupo y no sentirse excluido, o por la curiosidad que despiertan, se han expandido y popularizado en las diferentes redes de manera que hay perfiles especializados que consiguen miles de seguidores gracias a generar estos contenidos", indica Martínez a Efe.
Los contenidos que provocan una reacción, emoción o sensación se viralizan en Internet y despiertan curiosidad e intriga por ver los contenidos que provocan estas reacciones en otras personas, de acuerdo a esta experta en redes sociales.
“El hecho de que a este fenómeno se hayan sumado algunas marcas para atraer a esos usuarios, y de que la ASMR sea presentado como un mecanismo que ayuda a dormir o relajarse, al margen de que puedan ayudar conseguirlo, son otros motivos que favorecen su expansión por las redes y su mantenimiento y popularidad”, reflexiona Martínez.
DESTACADOS:
* "La ‘respuesta sensorial meridiana autónoma’ o ASMR es un hormigueo en la piel desencadenado por un estímulo auditivo, táctil o visual en el mundo real, y cobra auge en el ámbito virtual al ser provocado mediante videos o pódcasts", según la psicóloga Judit Subirana de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
* En YouTube hay canales ASMR con cientos de miles de seguidores, como los de Lauren Woods, Sophie Michell, Owen D. Riley o Ana Muñoz. La compañía Samsung ha patentado un dispositivo para grabar videos ASMR y Renault e Ikea han lanzado anuncios que provocan sensaciones en la piel, de acuerdo a la UOC
* "El ASMR puede surgir al oír una voz, unas palabras suaves o susurros, los sonidos de rascarse, cepillarse o arrugar algo, o al ver los movimientos suaves y las expresiones amables de una persona, independientemente de que el observador reciba esos estímulos en el mundo real o a través de Internet", según Subirana.
Por María Jesús Rivas EFE/Reportajes