Chatarra tecnológica
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Muchísimos son los problemas que sufren las grandes ciudades y, como todos sabemos, la marginación y pobreza son los de principal importancia.
Las grandes ciudades son el escenario, además de esas enormes desigualdades, del peligro de no invertir en la eficiencia del transporte público.
Hace un par de semanas, entrevistada por el periodista Javier Solórzano en su programa matutino de noticias en Canal Once, la renombrada arquitecta mexicana Frida Escobedo señalaba que el centro del problema, urbanísticamente hablando, de las ciudades modernas es el automóvil. “Me preocupa que no invertimos en el transporte público, y sí todo para el uso del automóvil”, expresó Escobedo.
Son estos, el de la desigualdad y una exponencial proliferación del automóvil sin orden ni concierto, los asuntos que deben estar en las agendas de las autoridades y hacia los cuales deben derivar una mayor atención y enfoque presupuestario.
Debemos agregar un asunto más que rebasará a la sociedad (lo está haciendo ya) en la medida en que sigamos sin tomar decisiones en torno a ello: se trata del reciclaje de la basura, de su reutilización responsable o de la reducción de los desechos.
La propuesta sobre hábitos de consumo, que hizo popular la organización Greenpeace, conocida como las “Tres R”, ha logrado muchos adeptos en numerosos países: lograr que se separe la basura, los plásticos sean concentrados en un sólo sitio y los residuos orgánicos se usen para hacer composta; que las pilas puedan ser recibidas en lugares específicos para ser enviadas a contenedores especiales, que se utilicen menos bolsas no degradables en poco tiempo, o lo mejor, evitar su uso.
Estas y más propuestas para contribuir al cuidado del medio ambiente son igualmente buenas estrategias para mejorar la calidad de vida de la ciudad que habitamos. ¿Qué se requeriría para hacerlo efectivo? Empezar con campañas para dar a conocer la forma de operar de las autoridades, pero no quedarse en exclusivamente campañas, sino organizar a la ciudadanía y obligarla a separar los residuos. Para ello hay que tener antes toda una estructura de organización, necesaria a fin de poder llevar a efecto los programas permanentes de reciclaje, reutilización y reducción de desechos.
Hay esfuerzos importantes pero todavía aislados en Saltillo. Hoy por hoy la Secretaría del Medio Ambiente invita a la ciudadanía a llevar a sus instalaciones cuadernos y libros empleados en los cursos escolares pasados. Algunas farmacias tienen contenedores de medicamento caduco, y universidades como la Autónoma de Coahuila en las instalaciones de Rectoría, así como algunos centros comerciales, mantienen recipientes de basura distinguiendo los plásticos de otros desechos, como los orgánicos o el cartón.
Encontramos de igual manera recipientes de esta
naturaleza en algunas partes de la ciudad: en la Alameda, por ejemplo.
Sería ideal que se promoviese de manera más efectiva entre la población, los comercios y todo tipo de instituciones qué es lo que se puede hacer con la basura tecnológica, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos: computadoras, máquinas de escribir eléctricas, celulares, viejas televisiones, refrigeradores, radios, estufas, licuadoras, planchas. Falta una mayor información con respecto a ello y muchas personas optan por desecharlo en los propios botes que recoge el servicio de limpieza del municipio.
Antes era frecuente encontrar en los arroyos cercanos a Saltillo, recuerdo particularmente en las cercanías del arroyo de Puente Moreno, colchones viejos. Es de temerse que hoy por hoy la basura que se empieza a acumular en arroyos y baldíos sea la llamada chatarra tecnológica.
Mucha inversión se requiere para dar con la clave de cómo organizar a centenares de miles de ciudadanos en una misma causa. Pero la mayor inversión de tiempo está en el convencimiento y la adhesión a la idea de cuidar y proteger el medio ambiente.
Está en las autoridades la regulación sensata y efectiva, y en los ciudadanos acatar las normas. Arribar a nuestras ciudades y toparnos con restos de llantas, bolsas de plástico principalmente y más desechos de basura es un espectáculo no deseable. Busquemos que no sea el panorama usual en nuestras ciudades.