Clases para enamorados
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Cada vez más escucho a jóvenes enamorados desilusionados de sus novios o novias: “Maestro, no puedo creer que mi novio se la pasa todo el tiempo en videojuegos cuando estoy con él” o “Pensaba que nuestra relación era real. Nuestros WhatsApp eran extraordinarios, pero cuando nos veíamos siempre terminamos peleándonos”, o “Encontré a mi hombre perfecto en Tinder, pero cuando lo conocí en una cafetería era más de 20 años mayor y solamente quería acostarse conmigo” o “Mi novio olvido felicitarme en mi cumpleaños y solamente me envió un Emoji”.
El periódico americano Wall Street Journal publicó un artículo el pasado 11 de marzo titulado: Dating 101, for the Romantically Challenged Gen Z (Citas 101, para el desafío romántico para la generación Z), mencionando los grandes retos que enfrentan estos nuevos jóvenes en su vida romántica, llenos de tecnología y celulares. Los nuevos enamorados se enfrentan con pocas habilidades de comunicación cara a cara (face to face) y piensan que mantenerse conectados digitalmente es suficiente para tener éxito en su relación personal e intimidad. Efectivamente es más fácil pedir una disculpa mediante un mensaje de WhatsApp que verbalmente. Textear (enviar recados escritos) tiene mensajes con grafías, pero no hay expresiones faciales, ni tonos de voz y menos palabras orales que expresen ideas y sentimientos. Su única relación verdadera es ellos en soledad con un celular y produciendo atrofia en sus relaciones sociales e íntimas.
¿Existe la fórmula perfecta para una relación romántica saludable? Las nuevas generaciones buscan nuevas recetas porque observan que las costumbres anteriores son obsoletas. No digamos el último escándalo ocurrido entre Jeff (fundador de Amazon) y MacKenzie Bezos, anunciando su divorcio después de 25 años de matrimonio.
Otra característica nueva que observo en esta generación es mayor iniciativa de la mujer en la relación amorosa. Un día pregunté a mis alumnas si alguna de ellas tomó la primera decisión en declararse a un muchacho y pedirle si quería ser su novio. Me sorprendió que fueran cinco alumnas. Y al preguntarles el por qué, me respondieron: “Es que no se animaban”. No es que tenga una mentalidad machista, pero ahora son ellas las que van por ellos a sus casas y pagan lo que consumen. Creo que en una relación son ambas partes las que participan, pero hoy parece que la mujer es la que toma toda la acción.
Una investigación realizada por el Instituto Koreano de Salud y Justicia Social, en enero pasado, afirma que menos del 35 por ciento de los adultos entre 20 y 44 años tiene relación con alguna pareja. El periódico The Korea Herald en el 2015 anunció que el 90 por ciento de los hombres y 77 por ciento de las mujeres entre 25 y 29 años estaban solteros. Hay una crisis matrimonial muy grande en Corea y no sólo porque no lo valoran, sino que hay poca capacidad de una interacción natural humana entre las parejas. Y cerca del 25 por ciento de los hombres jamás se casarán. Pronostican que para el año 2030 uno de cada tres coreanos vivirá solo. Los sociólogos han lanzado una alerta en su país y en muchas universidades están ofreciendo cursos orientados a enseñar a los coreanos cómo deben comunicarse con su pareja y tener una relación romántica saludable y estable. Algunas de las reglas son:
Evitar comunicarse a través de una pantalla y hacerlo en persona.
Estar juntos entre 60 y 90 minutos para que tengan la oportunidad de conocer y desarrollar sus habilidades interpersonales
Salir lo menos posible en pareja y con grupo de amigos.
Es mejor saber escuchar que hablar.
@JesusAmayaGuerr
jesus.amaya@udem.edu