Cómo descubrir la mentira
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Aunque todos mentimos cada día con más o menos frecuencia, no existen demasiados indicadores eficaces en la detección del engaño
La mayor parte de las mentiras, en más del 50 por ciento de los casos, se quedan sin descubrir. Y esto se debe tanto a la dificultad para detectar señales eficaces de mentira, como a la tendencia de las personas a juzgar los mensajes como ciertos. Estas son las claves para desenmascarar al mentiroso.
La psicóloga María Jesús Álava Reyes en su libro “La verdad de la mentira” (La esfera de los libros) asegura que, aunque todos mentimos cada día con más o menos frecuencia, no existen demasiados indicadores eficaces en la detección del engaño e, incluso en algunos casos, un gesto puede indicar justo lo contrario. Por lo que entra en juego la subjetividad.
Estos son algunos de los indicadores objetivos (reales) más frecuentes cuando se miente:
-Elevación del tono de voz
-Periodos de latencia
-Duración de las pausas
-Frases negativas
-Inmediatez
Y estos son los indicadores objetivos (reales) menos frecuentes cuando se miente:
-Movimientos de manos y dedos
-Movimientos de piernas y pies
-Lentitud en las respuestas
Los estudios que la directora del Centro de Psicología Álava Reyes cita en su libro aseguran que la tasa general de detección de mentiras en la población general oscila entre el 50 y el 55%. Eso significa que la mitad de las mentiras ni tan siquiera las percibimos.
La capacidad de detección de una mentira se incrementa cuando las personas se conocen o cuando la motivación del mentiroso es muy elevada, para sacar un beneficio o prevenir consecuencias importantes.
Cómo se pueden identificar las mentiras
1. Por los esfuerzos para no ser detectados:Por ejemplo, cierta rigidez en el tronco y las extremidades para no parecer inquieto puede dar lugar a elevar el tono de voz.
2. Por la activación emocional que se produce durante la misma: El riesgo a ser descubierto o el sentimiento de culpapuede ser un activador emocional, aunque no siempre son buenos indicadores.
3. Por la sobrecarga cognitiva: Se produce cuando se trata de mantener dos tipos de información o contenidos activos en la memoria de trabajo al mismo tiempo. En el caso de la mentira implica mantener la información falsa y verdadera a la vez.
Otras de las conductas no verbales indicativas de engaño que se citan en “La verdad de la mentira” son, por ejemplo, cambios en las pupilas; nerviosismo; tensión; indiferencia/despreocupación; tensión vocal…
Todos esos factores hacen que unos mientan mejor que otros. Es decir, quien mejor controle sus recursos cognitivos y emocionales, mejor mentirá. Y en ello también juega un papel importante la práctica, cuando mentimos con frecuencia mentir resulta más fácil.
También hay quien detecta la mentira antes que otros. Y en eso las mujeres llevamos la delantera.
“La mujeres tienen mayor sensibilidad y aversión a la mentira; tienden a percibir la mentira como algo más inaceptable que los hombres, con independencia de que se trata de sus parejas o amigos”.