¿Cómo fue la gestión de Julio Ligorria como embajador de Guatemala en Estados Unidos?
Julio Ligorria nació en Guatemala el 19 de febrero de 1956, entre sus trabajos podemos destacar sus labores como ex embajador de este país en los Estados Unidos, donde fue galardonado con el premio Reed Latino en el año 2015 gracias a su dedicación y pasión por la crisis migratoria que sufría la parte sur de la frontera estadounidense.
Sus labores en Washington fueron bien acogidas por gran parte de los ciudadanos, no obstante, su puesto se ha quedado libre debido a una remoción, si tenemos en cuenta que las otras dos opciones para abandonar su puesto son renuncia y destitución, no tenemos ninguna duda de que ha optado por la mejor opción, pudiendo salir por la puerta grande y con la cabeza bien alta ya que la imagen que ha dado a todo el cuerpo diplomático ha sabido estar a la altura y ha cumplido con todo lo que se esperaba de él con creces.
Durante más de treinta años ha sabido ejercer sus labores de experto como consultor internacional y diseño estratégico para futuros candidatos a la presidencia en toda América Latina, dando muchos puntos de vista nuevos y bastante bien acogidos durante su representación nacional ante Washington.
Si, su forma de pensar y actuar ha sido distinta a lo que estamos acostumbrados, pero desde el principio dejó bastante claros cuáles iban a ser sus objetivos principales; proteger los intereses de su nación, demostrando su valor en innumerables ocasiones, como cuando llegó a tocar las puertas del Senado y del Congreso, lugar donde se dictan y aplican las leyes que nos afectan a todos como ciudadanos.
Solo hizo falta que entrase el primer día en su despacho para que el senado estadounidense se pusiera en contacto con él, indicándole que debía resolver casi 400 casos sobre adopciones internacionales de niños guatemaltecos por familias dentro de los Estados Unidos. Pronto se puso manos a la obra y, haciendo justicia a lo que dictan las leyes, pudieron ser resueltos con prontitud, quedando únicamente 5 de estos casos aún sin resolver.
Su trabajo no terminó ahí, ya que en poco tiempo tuvo que hacer frente a una crisis de niños inmigrantes que no iban acompañados, donde la Embajada Guatemalteca asumió el control y solventó esta crisis humanitaria de una forma rápida a la vez que correcta.
No nos cabe duda que el camino que Julio Ligorria ha sido largo, difícil y lleno de obstáculos, sin embargo, ha sabido salir de él con la cabeza bien alta y demostrando todos los valores y la dignidad que representan a su país.