Coronavirus: Coahuila en cuarentena, ¿son suficientes las medidas anunciadas?
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El Gobierno de Coahuila anunció este miércoles medidas para enfrentar la pandemia de coronavirus COVID-19. Aunque se trata de medidas importantes, aún es necesario que a este esfuerzo se sume el Gobierno de la República, pues solo de esta forma se podrán ofrecer apoyos al sector privado y evitar el colapso de la planta productiva
El Gobierno de Coahuila anunció ayer medidas para contener la propagación del coronavirus COVID-19 en el territorio estatal, luego de una reunión del Consejo Estatal de Salud, instancia en la cual participan los poderes del Estado y los gobiernos municipales.
El Consejo ordenó suspender las reuniones masivas, reducir al máximo las operaciones en las dependencias gubernamentales, establecer un protocolo diario para el personal que acuda a las oficinas públicas y reducir la movilidad de trabajadores.
Las medidas adoptadas implican, entre otras cosas, la suspensión de eventos culturales, religiosos, turísticos, gastronómicos o deportivos, además del cierre temporal de espacios públicos como escuelas, parques, atractivos turísticos, teatros, o cines y el cierre de discotecas, bares y centros de vida nocturna.
Ha quedado pendiente, sin embargo, la determinación en relación con lo que deben o pueden hacer gran parte de las empresas privadas, particularmente las de la industria automotriz y de la transformación.
Es entendible, desde luego, que el Gobierno del Estado no se pronuncie al respecto, pues cualquier orden para la suspensión de actividades de las empresas privadas tendría que llegar acompañada de medidas de apoyo económico para mitigar los efectos de tal suspensión.
Por ello, aunque las medidas anunciadas por Miguel Ángel Riquelme parecen adecuada ante la crisis sanitaria, resulta obligado preguntarse si las medidas anunciadas serán suficientes para garantizar la disminución en la propagación de la pandemia que azota al planeta entero.
La gran ausencia en este esfuerzo que requiere la participación de todos es la del Gobierno de la República que sigue sin dar muestras de entender la magnitud de la crisis que amenaza a las empresas privadas, mientras el presidente López Obrador insiste en que “el escudo protector es la honestidad” y el combate a la corrupción.
Es cierto que en su conferencia matutina de ayer el Presidente de la República anunció que el martes próximo, a las 7 de la tarde, se anunciarán las medidas que están diseñando, pero hizo una acotación que inquieta: dijo que las medidas se aplicarán “en el caso de agravamiento de la crisis”, lo cual da a entender que el gobierno federal considera la posibilidad de que eso no ocurra.
Nadie duda que la situación se agravará, sobre todo porque eso es lo que ha ocurrido en todo el mundo, razón por la cual no existe elemento racional alguno para suponer que en México la historia será diferente.
Así pues, mientras en Coahuila se adoptan las medidas que recomiendan todas las voces sensatas del mundo, a nivel federal pareciera que seguimos esperando a que ocurra un milagro que haga de nuestro país una excepción en la evolución de la pandemia.
Es de esperarse que la sensatez llegue pronto, pues a las decisiones anunciadas ayer a nivel local, urge sumar las que sólo puede adoptar la federación.