Corrupción, economía y desigualdad
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Se define la corrupción como el abuso de posición política o cargo de función pública para obtener beneficio propio o en complicidad, de manera ilegal e ilegítima, de manera oculta o secreta.
Se puede clasificar en: soborno, entrega de beneficio económico para evitar sanciones legales u obtener beneficios en transacciones de gobiernos con particulares (obligaciones fiscales, licitaciones, derechos, etc.); tráfico de influencias, aprovecharse de la posición de ventaja de un cargo público, por información y decisión, en beneficio de una persona o personas determinadas; peculado, se aprovechan los recursos del Estado para enriquecimiento personal o de grupo, con el provecho de bienes públicos para otros fines de los que fueron adquiridos; desvío de recursos, aplicación del recurso público en rubros para los que no fue presupuestado y que administrativa o políticamente favorece al funcionario público; conflicto de intereses, cuando el funcionario público es juez y parte en las decisiones y se decide en favor de los intereses personales o de grupo; entrega de recurso económico a medios de comunicación, que sobre pasa el presupuesto de difusión y comunicación social; asociación de funcionarios públicos con el crimen organizado; entre otros.
Un aspecto polémico de corrupción es la aprobación de leyes, normas y reglas que favorecen ventajosamente a grupos de poder económico, lo que induce a la sospecha de soborno legislativo o beneficio posterior para quienes aprueban el marco jurídico.
En debate, se puede afirmar que el origen de la corrupción es la ausencia o debilitamiento de valores éticos y de la conciencia social en el personal de dependencias públicas, de manera más o menos operativa, y en los particulares con los que se coluden.
Según la Secretaría de la Función Pública la corrupción opera a gran escala por distorsión de políticas centrales en los altos niveles de gobierno; en abuso cotidiano de poder, con actos menores de funcionarios públicos, para otorgar bienes y servicios básicos; y la corrupción política que es manipulación de políticas, instituciones y normas en la asignación de recursos, para conservar estatus y patrimonio particulares.
¿La corrupción afecta a la economía? Se requiere que sea considerable el monto de salida de recursos públicos al extranjero para afectar al mercado interno, lo cual no es totalmente previsible. Pero el desvío de recursos sí afecta negativamente los objetivos estatales de crecimiento y desarrollo, lo que impacta la adecuada dinámica económica y la distribución de la riqueza. La corrupción afecta negativamente la planeación del crecimiento para el desarrollo integral de la sociedad. Además, la complicidad entre élites políticas y económicas genera impactos sociales negativos y deteriora las funciones de la administración pública.
Según la evaluación de 2016 de Transparencia Internacional, en percepción de la corrupción México ocupa el lugar 135 de 176 países (donde el uno es el menos corrupto); mientras que según IndexMundi, en 2018, de 171 naciones nuestro País se ubica en el lugar 29 en población bajo el nivel de pobreza (donde el uno es el más pobre). Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, de 2010 a 2017 el nivel de pobreza se incrementó de 49.5 a 53.4 millones.
El modelo económico neoliberal por naturaleza genera desigualdad. Según el Inegi, ha aumentado el número de personas que obtienen de 1 a 3 salarios mínimos, ubicándose en casi 70 por ciento de la población ocupada, lo cual debilita el mercado interno. Pero es previsible que el nivel de corrupción en el que se encuentra el país contribuya al reducido crecimiento económico y a la desigualdad.
Aún con los riesgos políticos que se corren, es necesario reducir los niveles de corrupción en todos los ámbitos. Un ejemplo es erradicar el llamado huachicol en los ductos de Pemex, aun con los inconvenientes de corto plazo; el asunto es que no se llegue al desabasto tal que interrumpa las líneas de producción y distribución en la economía.