Cosas de mujeres… y de toda la humanidad
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El 25 de noviembre se conmemorará el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, cuyo origen es, en pleno siglo 21, la falta de equidad de hombres y mujeres
Focos rojos, alarmas encendidas, auxilio permanente, cifras escalofriantes, alertas tempranas…
Con cualquiera de las expresiones señaladas podríamos titular la publicación de los estrujantes datos que se difunden en estos días por todo el mundo en víspera del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
La fecha se conmemora anualmente el 25 de noviembre para denunciar la violencia que se ejerce sobre las personas, al ser discriminadas por su género, y estos son, entre otros, números para dar perspectiva al tamaño del reto.
>Una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física y sexual en todo el mundo.
>Solo el 52% de las mujeres con pareja decide libremente sobre su salud sexual.
>Casi 750 millones de mujeres que viven hoy en día se casaron antes de cumplir 18 años.
>Una de cada 2 de mujeres asesinadas en 2017 fueron víctimas de su pareja.
>El 71% de las víctimas de trata son mujeres y niñas, a 3 de cada 4 las explotan sexualmente.
Quizá para muchas personas las estadísticas e historias sobre la violencia contra la mujer se parecen a las que se difunden cada año, pero es necesario asegurarnos de que los mensajes de alarma lleguen a todos los rincones.
Y es que, según estudios de la Organización de las Naciones Unidas y muchos otros organismos, la violencia intrafamiliar es una causa de muerte e incapacidad entre las mujeres en edad reproductiva tan grave como el cáncer y provoca una mala salud mayor que los accidentes de tránsito y la malaria combinados.
A riesgo de cansar a quienes leen, ven y escuchan información de este tema, es importante -literalmente, asunto de vida o muerte- tener presente que la violencia contra las mujeres es ya, pese al avance de nuestras sociedades en otros muchos rubros, un problema estructural. Esa caracterización de la violencia en el planeta, se dirige hacia las mujeres con el objetivo de mantener su subordinación al género masculino.
Su origen se rastrea con gran profundidad en la historia. Civilizaciones en los cinco continentes persisten en la discriminación hacia las mujeres porque se trata de un problema social presente en las vertientes física, sexual, psicológica, económica, cultural y otras.
Además, debe insistirse, no está confinada a una cultura, región o país.