COVID-19 ¿realmente llueve sobre mojado?
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El reducido crecimiento de la economía mundial no se agotará con la aparición del coronavirus como epidemia o pandemia; la explicación de la continua desaceleración está en las causas endógenas del sistema económico.
Previsiblemente el virus que asusta al mundo tendrá su retroceso con las estrategias de contención y prevención en los países, sobre todo en China y en la Unión Europea, y ni por asomo se piensa que se expandirá a nivel global. Ya, de hecho, en el país asiático se aplica el Interferón alfa 2B, un medicamento originario de la biotecnología cubana para contener el avance epidémico y retornar la salud a los afectados, favoreciendo hasta hoy a más de 1,500 casos.
A nadie conviene, mucho menos a los Estados Unidos, que la expansión del virus se convierta en pandemia mundial. Los efectos negativos en la economía se han presentado en transacciones de comercio internacional, en cuanto a la cancelación de contadas importaciones provenientes del gigante asiático, pero no se ha generalizado ni será así.
En todo caso, el impacto negativo se debe a los mecanismos especulativos que en su psicosis esparcen expectativas negativas respecto al crecimiento económico global y de cada economía en particular, inclusive que generan pérdidas en las inversiones financieras bursátiles. A río revuelto…
El crecimiento en años recientes de la economía de Estados Unidos en alrededor de 2% se debe, hay que precisarlo, a las medidas de política económica contra cíclica de la administración Trump, es decir a la intervención del Estado en la economía, con ajustes, deducciones e incentivos fiscales, con restricciones en importaciones, entre otras estrategias, así como política monetaria expansiva con reducida tasa de interés en rango de 1 a 1.5% anual.
El temor generalizado que ha provocado el COVI-19 ha impactado negativamente las perspectivas de crecimiento económico mundial y en particular de cada país, sobre todo en la cadena de suministros global de la industria y el turismo; sin embargo las caídas específicas son focalizadas, por ejemplo, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, en el transporte aéreo de personas los ingresos se reducirían 5% (29.3 millones de dólares), afectando el turismo sobre todo en China e Italia y la movilidad turística de dichos países; asimismo, la OPEP ha pronosticado la reducción de demanda petrolera en 19% (poco más de 100 millones de barriles diarios).
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional ha reducido la expectativa de crecimiento en sólo décimas porcentuales, ubicándolo en menos de 3%, cuando se dijo que en 2019 se había tocado fondo en la actividad económica mundial. Así, la segunda economía del mundo, el gigante chino, crecerá alrededor de un muy aceptable 5.5%.
El impacto del Coronavirus será relativamente menor. Las causas del bajo crecimiento económico mundial se encuentran en la reducida expectativa de excedentes o ganancias de capital; en la débil demanda agregada debido a la paulatina y tendencial reducción de los ingresos salariales que, a su vez, debilitan los mercados internos; además, especulación bursátil frenética de ganancias que genera burbujas inflacionarias en activos financieros, asimismo psicótica de pérdidas que genera caídas estrepitosas que afectan la economía real por las estrategias de contención (elevación de tasas de interés para contener depreciaciones, pero con efectos negativos en la inversión directa).
En México el impacto negativo no será considerable, ya que las causas del magro crecimiento económico son: superávit fiscal, reducida inversión pública y privada, subejercicio en el gasto federal, ausencia de reforma fiscal progresiva y efectiva, altas tasas de interés crediticias, entre otras.
No llueve sobre mojado, porque también continuarán los resultados positivos: TMEC ya pronto en operación; obras de infraestructura productiva; incremento del consumo en 5% (las ventas en abarrotes mayoristas crecieron 7.3% en 2019 respecto a 2018; en plena cuesta de enero la Asociación de Tiendas de Autoservicio y Departamentales reportó crecimiento de 7.2% en ventas); austeridad republicana; nivel inflacionario en 3%; las tasas de interés se han reducido a 7%; tipo de cambio sin depreciación drástica (hasta 20.11 pesos por dólar).