Crisis dentro de la crisis: respuesta a las afectaciones en economía y salud

¿En dónde estamos? Acaso en la tranquilidad del hogar, conviviendo serenamente con la familia; llevamos cinco días viviendo con el peso de la crisis a la que acompaña la incertidumbre, en el hogar sin salir, sin vida social amplia, con acceso sólo a lo más indispensable, los alimentos, los pagos impostergables. Jamás pensé que me tocara vivir algo semejante, una pandemia, quizá peor a las que nos antecedieron y vivieron nuestros ancestros.

¿Cuáles son las lecciones que deja la crisis del COVID-19 que vive el planeta? Estamos acaso ante el fin de un ciclo, ante el fin del catastrófico neoliberalismo con su Estado mínimo; eso parece, si bien tenemos años escuchando que estamos ante un fin de época o de ciclo, ahora con la crisis de salud que comenzó este año aún no alcanzamos a vislumbrar la magnitud del tsunami que se cierne sobre la humanidad en todas las dimensiones. 

Ahora el Estado ocupa el centro de la vida social porque tiene en sus manos el reinventar leyes para el financiamiento del desastre y la convivencia pacífica, lo cual es un desafío monumental, difícil de encausar. En Europa se han puesto a prueba sus sistemas sanitarios.

En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, ante los Líderes del G20, afirmó que “venceremos con la fraternidad universal”. Propuso además que ante la alta demanda que hay a escala mundial de equipos, ventiladores y medicamentos, sea la ONU la que garantice condiciones de igualdad a todos los países, con equidad en el acceso a medicamentos y equipos que ante la emergencia están siendo acaparados por los que tienen mayores recursos económicos.

Sugirió también que las grandes potencias hegemónicas hagan un compromiso de tregua en este tiempo, así como evitar las políticas arancelarias unilaterales, poner un alto a los monopolios comerciales, revisar el manejo del precio del petróleo que está afectando mucho a la economía mundial, así como ayudar a estabilizar los mercados financieros y atajar la especulación, dijo.

Por su parte la Cumbre Virtual de Líderes del G20, con las 20 economías más grandes del mundo, invertirá 5 mil millones de dólares para contrarrestar los impactos sociales, económicos y financieros del COVID-19, los líderes se comprometieron a hacer todo lo que sea necesario y a utilizar los instrumentos de política disponibles para minimizar el daño económico y social de la pandemia, restaurar el crecimiento global, mantener la estabilidad del mercado y fortalecer la resiliencia.

La acción del G20 amplificará su impacto, asegurará la coherencia y aprovechará las sinergias, expusieron sus líderes, con la intención de levantar la economía mundial.

Según el Grupo de los 20 líderes, su estrategia hará que la economía mundial vuelva a ponerse de pie y establecerán una base sólida para la protección de los empleos y la recuperación del crecimiento.

Los ministros de finanzas de los 20 países y gobernadores del Banco Central se coordinarán para desarrollar el plan de acción del G20 en respuesta al coronavirus y trabajarán en colaboración con organizaciones internacionales para entregar rápidamente la asistencia financiera internacional.

Sobra añadir que las naciones más vulnerables y con mayor pobreza son las que sufrirán los peores efectos, los países emergentes son abandonados de inmediato por los inversionistas internacionales, la fuga de capitales es también ruina para el mundo ya que los países en desarrollo significan el 60 por ciento de la economía mundial y su desaceleración se traduce en decrecimiento económico.

Por lo pronto no es posible mantener un ánimo estimulante hacia las crisis que nos acechan que no será sólo la de la salud, no obstante, hay que ver para adelante y emprender con fortaleza el futuro.