¿Cuándo Dodgers retirará el 34 de Valenzuela?
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Los Dodgers no tienen ningún criterio oficial para retirar números de uniformes. Pero salvo una notable excepción, cada uno de los 10 números que la franquicia ha retirado hasta ahora fue utilizado por un jugador o piloto quien pasó la mayor parte de su carrera con los Dodgers y fue exaltado al Salón de la Fama de Grandes Ligas.
La única excepción es Jim Gilliam, quien jugó 14 años para los Dodgers y era el coach de la primera base del equipo cuando falleció de manera repentina a la edad de 49 años, justo antes del arranque de la Serie Mundial de 1978. Su número fue inmediatamente retirado.
Jugadores tales como el mexicano Fernando Valenzuela y Steve Garvey, son ganadores de varios premios, pero como no están en el Salón de la Fama, no tienen sus números retirados, aunque hasta ahora nadie ha utilizado el número 34 de Valenzuela desde que el “Toro de Etchohuaquila” salió del equipo en 1991 y no esta en las boletas para inmortales.
Con dichos parámetros, los candidatos cuyos números podrían ser retirados por los Dodgers son Clayton Kershaw (22), Maury Wills (30), Steve Garvey (6), Fernando Valenzuela (34), Gil Hodges (14) y Don Newcombe (36).
Los últimos años Fernando Valenzuela ha seguido vigente en el equipo de Los Ángeles ya que es comentarista en las transmisiones de los juegos de los Dodgers. Ya ingresó a El Salón de la Fama de México y su numero fue retirado en todos los estadios de nuestro país.
LA SUSTANCIA QUE CAMBIÓ EL BEISBOL
El 16 de agosto de 1920 el beisbol de las Grandes Ligas vivió un episodio que prendió las luces de alarma y obligó a todos a buscar una sustancia que ayudara a los lanzadores a tener un mejor control sobre las pelotas de cuero con las que jugaban.
En la quinta entrada del duelo entre Yanquis de Nueva York y los Indios de Cleveland, el lanzador de los “Mulos”, Carl Mays, le propinó un pelotazo en la cabeza al bateador Ray Chapman, que días más tarde le causó la muerte.
Afortunadamente es la única víctima que el beisbol de las Grandes Ligas ha cobrado por un pelotazo de un pitcher, pero desde entonces comenzaron a buscar una sustancia que ayudara a quitarle el brillo a las pelotas y mejorara el agarre para los lanzadores.
Se hicieron intentos con varias sustancias como untarles, como jugo de tabaco, crema para zapatos, tierra y agua, pero, aunque funcionaban, las pelotas tenían muy poca vida y además se obscurecían demasiado.
EL INVENTOR AL SALÓN DE LA FAMA
A finales de la temporada 1938, el coach de los Atléticos de Filadelfia, Russell “Lena” Blackburne, regresó a su casa en Nueva Jersey y preocupado por encontrar la sustancia que le diera mejor agarre a los lanzadores, se le ocurrió sacar lodo del pantano del río Delaware.
La sustancia comenzó a comercializarse desde 1938 y lleva por nombre “Lena Blackbourne Rubbing Mud”, incluso por dicho descubrimiento y aportación, el creador, Russell “Lena” Blackbourn, tiene un lugar en el Salón de la Fama de Cooperstown.