Cuatrillizos: una bendición para la familia
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Los bebés están en buenas condiciones y están en observación por su peso.
Torreón.- A los seis meses de embarazo, a Laura Patricia Salas, una trabajadora de una guardería, le dijeron que tendría cuatro hijos. Cuatrillizos. Laura Patricia se empezó a marear, a sudar. Sintió que se desmayaba y veía lucecitas. Dos meses después, en la clínica 16 del Seguro Social de Torreón, nacieron sus cuatro hijos y hoy lo ve como una bendición.
Así fue. Primero serían gemelos, al tercer mes, trillizos, para finalmente recibir la noticia en una consulta de rutina en el sexto mes, que serían cuatro. Juan Ramírez, el padre y esposo, dice que no sabe qué nombres les pondrán.
“Nos sorprendió. Es el primer embarazo… y el último”, comenta entre risas Juan. Los cuatro bebés, dos mujeres y dos varones, se encuentran en una incubadora porque nacieron vía cesárea a los ocho meses. “Ya no había mucho espacio en el vientre. Nos habían manejado que a lo mejor serían de siete meses”, añade Juan.
Afortunadamente los cuatro bebés están en buenas condiciones y están en observación por su peso. Las dos mujeres son las mayores y las que pesaron más: 2.3 y 1.9 kilogramos. Los varones: 1.5 y 1.7 kilogramos. Las dos niñas midieron 45 centímetros los varones 43 y 41, respectivamente. El primer bebé llegó al mundo a las 12:59 horas del lunes 18 de enero.
“Los bebés están bien, comiendo, respirando por sí solos. Que estén el tiempo que sea necesario pero que estén bien”, añade Juan.
A trabajar como es
Juan Ramírez, 28 años, es un trabajador de un taller industrial, donde según sus palabras, “hace de todo”. Su esposa, Laura Patricia, 26 años, es auxiliar de pedagogía en una guardería. Viven en Villa Juárez, municipio de Lerdo, Durango.
La pareja lleva un año dos meses de casados. En la familia de Laura Patricia ya había antecedentes de gemelos, pero nunca imaginaron que tendrían cuatro. “Sigue siendo una gran sorpresa”, insiste Juan.
- ¿A trabajar el doble? –le digo a Juan.
- A trabajar como es pero sin dejar de jalar. Va a estar difícil pero ya están afuera como quiera le damos.
Afortunadamente, refiere Juan, han contado con el apoyo de la gente y de las familias. “Tenemos el plan de meterlos en guardería. La gente sí nos bromea que ahora tendré que jalar todos los turnos y todos los días o que en el próximo serán ocho pero no, ya, debut y despedida”, comenta el papá.
- ¿Y se parecen a alguien?
- Todavía no tienen parecido, están todavía hinchaditos.
En estos días, cuenta Juan, darían de alta a su esposa. Por lo pronto, el padre pidió permiso en su trabajo y se viene todas las mañanas. Pasa a determinadas horas a ver a su esposa y a sus bebés y espera porque su suegro pase por él.