Cuidar del otro, trabajo con futuro
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Jack Ma, fundador de Alibaba, exitosa plataforma tecnológica china de comercio mundial, dijo cosas importantes en el Foro Económico Mundial de Davos. Primero criticó el modelo educativo, que se aplica prácticamente en todo el mundo, basado en el conocimiento. En 30 años, dijo, esa educación habrá servido de muy poco. Las maquinas, los robots podrán procesar mucha más información que los humanos. Por lo tanto, sabrán más. Competir con el robot será imposible y absurdo. Por ello hizo un llamado a promover una educación que no compita con los robots, sino que lleve al ser humano a explotar aquellas habilidades que lo hacen único, como el deporte, la generosidad o el arte.
También me llamó la atención lo que dijo acerca de los empleos del futuro. Si para 2050 habrán desaparecido la mitad de los empleos que tenemos hoy en día, ¿en qué áreas estarán los nuevos empleos que tanto estaremos necesitando? Aunque habrá robots que trabajen y paguen impuestos para subsanar el desempleo causado por la robotización, también habrá más y más gente trabajando desde el hogar. Se hará uso de la tecnología, la realidad aumentada y la inteligencia artificial. Desde casa podrán resolverse todo tipo de problemas técnicos.
¿Pero qué le espera a la gran masa que no pueda emplearse en estos nuevos campos? Aunque tengamos un ingreso básico universal pagado en gran parte por los robots, el ser humano no nació para quedarse en casa encerrado. Su naturaleza es social. Estamos hechos para vivir y convivir con el otro. Por eso Jack Ma augura un mundo donde los empleos más demandados sean aquellos que no saben hacer los robots, que implican afecto, generosidad, cuidado y amor.
Entre las profesiones clásicas parece que la Medicina tendrá más posibilidades de sobrevivir, no obstante que la tecnología participa de manera creciente en los procedimientos diagnósticos y quirúrgicos, con la Medicina va la enfermería y los diversos cuidados para las distintas etapas y condiciones de vida del ser humano. La entrega, afecto y empatía de médicos, enfermeras, curanderos y toda persona que cuidada a un semejante, jamás podrán replicarse por medio de una máquina. Fundamentalmente porque implican el procesamiento humano de sentimientos y afecto que sólo las personas podemos experimentar y compartir.
Añadamos a lo anterior un par de fenómenos que trajo la globalización en materia de salud. La elevada demanda de enfermeras en los países de primer mundo. Pese a la distancia, Filipinas envía muchas más enfermeras a Estados Unidos que México. En el estado de California, el 20 por ciento de las enfermeras son de origen filipino. Esta política refleja su éxito en el incremento sustancial de remesas a Filipinas desde los Estados Unidos e Inglaterra. Las enfermeras, que aprendieron inglés en su país de origen, son inmigrantes legales y gozan de todas las prestaciones legales del país receptor. En México no existe una sola política que se enfoque en el aprendizaje del inglés.
Otro fenómeno que no deja de crecer es el turismo de la salud. Según el American Journal of Medicine y algunas organizaciones como la Asociación Mundial de Turismo Médico y Pacientes sin Fronteras, existen en el mundo entre 14 y 16 millones de turistas por motivos de salud. La gran mayoría proviene de Europa y Medio Oriente y decide atenderse en India, Tailandia, Turquía o Indonesia. Se prevé que la cifra siga creciendo un 20 por ciento anual y genere hacia 2030 un mercado de 3.3 trillones de dólares.
La cifra de Estados Unidos es mucho menor, pero no menos significativa. 1.4 millones de estadounidenses salieron de su país en 2017 para recibir una atención médica que no podían pagarse en su país, 10 años antes viajaron 750 mil por iguales motivos. Ahorran desde un 35 hasta un 65 por ciento dependiendo del padecimiento que se atiendan. Un millón de pacientes viajaron a México y dejaron una derrama superior a los 5 billones de dólares. Si sumamos a lo anterior el revés que propinó Trump al sistema de salud pública de los Estados Unidos y la eliminación de los seguros de gastos médicos para la burocracia mexicana por parte de López Obrador, puede decirse que la medicina privada en México experimentará una etapa de gran crecimiento.
Los gobiernos andan en todo menos en lo importante. No espero nada de ellos, ni debemos esperarlo. Éste es un juego privado entre particulares. Aprovechar el derrumbe de algunas estructuras jerárquicas y permitir que el médico y la enfermera se queden con una mayor ganancia frente al hospital y el laboratorio que actualmente acaparan las utilidades. Los jóvenes deben estudiar y los que apuesten por el cuidado de la salud o de las personas, tendrán un empleo con altísima demanda. La oportunidad existe, veamos quién la aprovecha, ojalá algún gobierno decide apoyar y no estorbar. El servicio médico o la atención de enfermeras o cuidadores, con el afecto generoso y empático de los mexicanos, hacen una combinación perfecta para atender positivamente este reto que puede acarrear grandes beneficios.
@chuyramirezr
Facebook: Chuy Ramírez