Dayra Fyah, la poderosa voz del rap feminista en México

“Ni una más, ni una menos, ni una muerta más, ni una mujer menos”, así es como empieza la canción “Mi Delito” de Dayra Fyah, una rapera mexicana que en los últimos años se ha dedicado a retratar a través de su lírica lo difícil que es ser mujer en un país en donde al menos 10 mujeres son asesinadas diariamente. Fyah es activista, instructora de autodefensa y gestora cultural, nació en la Ciudad de México en 1987 y fue mamá a los 16 años, pero desde pequeña sabía que lo suyo era luchar.

Comenzó su carrera en el 2004, pero fue hasta 2009 que se presentó como solista con “Demo 2006-2008”, y en el 2012 lanzó su primer EP titulado “Muda Nunca”, que actualmente se mantiene vigente en la escena del rap con sencillos como “Mi Delito”, una canción que reflexión ante la creciente ola de feminicidios en México. Además, realiza talleres como “DeReversa”, en donde se aborda el lenguaje sexista desde el análisis en temas de identidad género, feminismo, violencias y estereotipos.

La cantante se ha convertido en un ícono del rap feminista, una corriente en continuo crecimiento que trata de restablecer los conceptos de diversidad, respeto e igualdad en la cultura del Hip-Hop. Para conmemorar este 8M, Dayra platicó en exclusiva con Liz Misterio, una artista visual, gestora cultural, investigadora y editora especializada en feminismo -que además es miembro del colectivo de arte feminista Invasorix-, y a través de una amena charla, compartieron su punto de vista sobre el feminismo, la defensa personal y el rap.

-Dayra, ¿por qué es tan importante cantar sobre el “hecho de ser mujer” en un país donde más de 10 mujeres son asesinadas cada día?-

Uf, qué pregunta. Es importante decir, cantar o expresar qué es ser mujer en México, sobre todo para nosotras, expresar lo que sentimos, lo que pensamos, lo que creemos, porque se nos ha negado a lo largo de la historia. Han sido pocas las privilegiadas que han podido expresarse y decir algo referente a sus vidas, entonces ahora que tenemos este privilegio, algunas, porque todavía no muchas, es importante alzar la voz las que podemos, por todas aquellas que aún no pueden. Sí, tenemos un incremento de feminicidios, pero creo que tiene mucho que ver con la resistencia social que estamos viviendo en general, es mucho más profundo que solo decir una cifra… decir que son 10 mujeres al día es muy superficial.

-También enseñas defensa personal, ¿dónde aprendiste y cómo responden las mujeres a este llamado?-

Me di cuenta que mi hija necesitaba clases de autodefensa, esa fue la iniciativa que me llevó a este camino, cuando busqué no encontré nada que me gustara, o que yo creyera que era lo que quería para ella, entonces me di a la tarea de hacer mi propio taller de autodefensa, sin saber absolutamente nada en cuanto a técnicas físicas. Unos amigos fueron quienes son expertos en Muay Thai, ellos me ayudaron con esa parte, y yo me encargué de la parte teórica, yo daba una clase de teoría sobre algún tema que empezaba siempre con reconectar con nuestro cuerpo y hablar de estereotipos, y el último tema que veíamos era justamente el tema del feminicidio. Era una hora teoría y dos horas de práctica, porque yo siempre sentía que el defendernos es más allá de los golpes, teníamos que profundizar en nosotras de otras maneras.

Después de un tiempo, me contactó una organización que se llama ESD Global, y ellas venden como un curso para quien se quiera certificar, pero también tienen un sistema de becas, y pues yo no contaba con el recurso. Me sometí al proceso de becas y me seleccionan, entonces me voy con ellas a Costa Rica en el 2019 ya para certificarme como instructora de autodefensa, ellas ya tenían desarrollada toda una metodología que justo habla de reconectar y conectar con la intuición y el espíritu de lucha. Era todo lo que yo me imaginaba que tenía que tener un taller de autodefensa, y fue muy grato para mí.

La mujeres responden bien, pero creo que todavía nos falta profundizar más porque muchas creen que los talleres de autodefensa solo son golpes, en nuestro talleres no vemos solo eso, hay un proceso interno que va más allá del entrenamiento físico, y es importante hacerles saber que todas nos podemos defender. Tomando en cuenta el ‘Violentómetro’, nosotras vamos viendo qué hacer mucho antes de que se llegue a las agresiones físicas, retomamos todo lo que invisibilizamos o normalizamos, hacernos conscientes de que existe y tratarlo desde ahí, desde la prevención.

-Pero, ¿en dónde o cómo encontraste esa furia o rabia para cantar y ofrecer estos cursos de autodefensa?-

Creo que nací un poco ya enojada (risas), si bien en mi historia personal hay connatos de violencia tal vez entre mis padres y quizá con algunas cosas que podía notar de niña en la sociedad, creo que el querer hacer algo para cambiar eso es algo que me motivó desde el principio. Yo pensaba: No puedo permitir que pase esto, yo siempre quería alzar la voz, no podía callarme ante las injusticias. Pero sin duda, el hecho de ser mamá marcó la pauta en muchos momentos de mi vida como en la defensa personal, porque yo quería darle a mi hija herramientas que creía que eran necesarias. Era un instinto de protección hacia mi hija, pero también de cambiar al mundo, que nadie más viva lo que yo u otras hemos vivido.

-¿Por qué crees que el hip hop o el rap es el género ideal para transmitir este poderoso mensaje?-

En el ideal creo que hay muchas formas de trasmitir el mensaje, hay otros géneros musicales que también tienen canciones de protesta o con lírica profunda que inspira, pero creo que el rap tiene esta estructura que desde que se escribe el poema o el verso, todo eso que puede que logra que una sola canción nos trasmita múltiples mensajes. Creo que eso es lo rico del rap, más allá del género musical, la forma en que está escrita.

-¿Qué tienes planeado para el 8M?-

Es una muy buena pregunta, justamente este lunes sacaremos un fondeo, una iniciativa de otra compa, ella me grabó para un documental hablando sobre la violencia estructural y sistemática en la que vivimos, y yo desde mi punto en Ecatepec. Ella se quedó muy prendida con la idea de la autodefensa, porque justamente en el documental le dije que a mí me gustaría que cada vez más mujeres pudieran tener acceso a la metodología que yo aprendí, para realmente generar un impacto, entonces se nos ocurrió hacer este fondeo y este 8M vamos con todo junto con la ESD Global, la organización que a mí me becó. Queremos becar a 15 mujeres, y que todo sea en México, que vengan los expertos y capaciten a más mujeres… hace mucha falta.

-Claro, de alguna manera será un efecto dominó, una le enseña a la otra y esa misma a otra, y se va ir transmitiendo la metodología, como de boca en boca, ¿no?-

Sí, exacto. Es importante mencionar que el años pasado, de 20 instructoras que estaban activas, aún con pandemia se logró capacitar a mil 800 mujeres. Entonces si en México tenemos a 15 mujeres ya capacitadas para dar estos talleres, veo un gran potencial y me emociona mucho pensar que muchas mujeres podrán contar con estas herramientas, y que entonces realmente pueda haber un cambio en nuestras vidas y en la sociedad.

-Hay una gran comunidad de mujeres que hacen música y que a través de ella buscan aportar su granito de arena, ¿hay algunas que admires?-

Uy admiro muchas, empezaré de atrás para adelante porque creo que dentro del género del rap hay muchas que me inspiraron. La primera sería Mare Advertencia Lirika, me parece que es la primera que pone la piedra dentro del rap feminista, después seguiría otra compañera de vida y generación Audry Funk, ahora también está muy fuerte  Mery Dee, creo que estas son algunas de las que admiro, son muy talentosas y tiene líricas muy potentes, pero hay muchas más. Hay muchísimas raperas que están haciendo cosas poderosas en el rap, y sobre todo por el feminismo.

-Yo soy tu fan, ¿algún mensaje que te gustaría agregar?-

Gracias por el espacio, sigamos trabajando porque sé que a veces una sola pone las ideas, pero si no hubiera un montón más que apoyan sus procesos, nada pasaría. Entonces estoy muy enfocada en que ahora veamos que aquí estamos todas, y que es hora de que trabajemos para llegar al mismo lugar.

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