Defraudan a miles de trabajadores mexicanos que buscaban empleo temporal en EU
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De acuerdo con un reporte del Centro de los Derechos del Migrante, entre 2014 y 2018 se registraron 104 casos que involucran a 6,497 personas, quienes por un empleo falso pagaron en promedio una cuota de 9,300 pesos, el equivalente a tres meses y medio de salario minimo en Mexico
Por Andrea Vega (@EAndreaVega) para Animal Político
En la Sierra de Hidalgo no hay trabajo. Antes la gente se ocupaba en el campo. Después de 1994 y del TLC entre América del Norte esto dejó de ser una opción. Por eso cuando llegan personas pidiendo dinero a cambio de colocar a unos cuantos en empleos temporales en Estados Unidos, los que pueden lo consiguen y se los dan. Sacan sus ahorros o se endeudan para pagar la cuota al reclutador. Unos sospechan que aquello puede ser un fraude, pero no les queda más que confiar.
Javier López, activista por los derechos de los trabajadores migrantes temporales, cuenta que van dos casos, uno hace poco más de un año y otro hace unos ocho meses, en los que llegaron reclutadores a las comunidades pidiendo 7 mil pesos por cabeza para tramitar la visa. Rentaron un ómnibus para -según ellos- llevar a los interesados al consulado de Monterrey. “Pero nomás tuvieron el dinero en su poder, se bajaron del camión, y ahí los dejaron, sin visa y sin trabajo”.
El Centro de los Derechos del Migrante (CDM), una organización que apoya a las y los trabajadores mexicanos mientras se mueven entre sus comunidades de origen y sus lugares de trabajo en los Estados Unidos, ha documentado fraudes hasta por 60 millones de pesos. Entre 2014 y 2018 recibió reportes de 104 casos, que involucran a 6,497 personas quienes por un empleo falso pagaron en promedio una cuota de 9,300 pesos, el equivalente a tres meses y medio de salario minimo en Mexico.
La organización supo de casos en 27 de los 32 estados. Las entidades con el mayor número de fraudes son Guanajuato, Zacatecas e Hidalgo, pero es en San Luis Potosi, Tabasco y Veracruz donde se han registrado más afectados. Por lo general un fraude no involucra solo a una persona. En esos lugares ha habido más defraudados por caso. La prevalencia en ciertos puntos se explica porque son zonas de mayor movimiento de trabajadores temporales, donde es más fácil que la gente crea en una oferta de empleo provisional.
CDM reconoce que sus cifras son solo una parte del problema, nada más el recuento de los casos que reciben. Debe haber muchos más. En un reporte del 2013, Revelando el Reclutamiento: Fallas Fundamentales en el Programa de Trabajadores Temporales H-2 y Recomendaciones para el Cambio, esta misma organización aseguró que una de cada diez personas trabajadoras migrantes (en 2017 hubo en total 211,577) pagan a un reclutador por un trabajo que no existe.
La maquinaria
El gobierno de los Estados Unidos autoriza empleos temporales para migrantes a petición de las empresas de su país. Son apenas para unos meses: entre tres y nueve. Cada compañía solicita un número de trabajadores y debe cumplir con una serie de requisitos, incluyendo la obtencion de una certificacion de trabajo temporal. El gobierno permite entonces cierta cantidad de visas H-2, creadas para trabajadores con o sin experiencia (no profesionales y sin un título académico). Así, del lado de las empresas todo queda regulado y claro.
Para los trabajares es todo lo contrario. La informacion que comparte el gobierno estadounidense sobre las certificaciones H-2 es limitada. Se publica con retraso, en ingles y en un formato poco accesible. “Una persona que busca empleo en los Estados Unidos no tiene forma de saber cuales son las vacantes disponibles en tiempo real ni los terminos de trabajo autorizados”, dice Lilian López Gracian, asesora legal de CDM.
Los empleadores estadounidenses que obtienen la certificación recurren a reclutadores para encontrar a los trabajadores en México y para que los asistan en el tramite de las visas y los arreglos para el transporte a los Estados Unidos. A estos reclutadores no los regula nadie, ni el gobierno de Estados Unidos ni el de México. Como no hay registros ni permisos, las personas que buscan trabajo no tienen otra opcion mas que confiar.
Algunos de estos reclutadores son agencias; en otros casos son personas que ya han trabajado en empresas en Estados Unidos. Unos sí se llevan a las personas a ofertas verdaderas de trabajo, pero igual les cobran una cuota por ponerlos en la lista de los empleados aceptados por la empresa. En la Sierra de Hidalgo, Javier López asegura que todos los trabajadores le pagan algo al reclutador. La cuota por lo general es de mil pesos.
También hacen negocio con los traslados: cobrándoles el transporte y los alimentos. “Defraudan y abusan de los trabajadores porque pueden hacerlo, como no los regula nadie, no necesitan permisos ni registro, nada, eso genera mucha impunidad”, dice López Gracian.
Alejandra Ancheita, directora de ProDESC, una organización civil dedicada a defender los derechos económicos, sociales y culturales de las personas, señala que la falta de una intervención institucionalizada del gobierno mexicano en el proceso de reclutamiento para el programa de trabajo temporal abre la oportunidad a agencias y personas para establecer prácticas como las estafas o el cobro ilegal de cuotas.
Con Canadá, Mexico estableció el Programa de Empleo para Trabajadores Agrícolas Temporales (PETAT) y firmó un memorándum de entendimiento donde se acordó que sería el Servicio Nacional de Empleo, a través de sus oficinas en los 32 estados de la República, el encargado de reclutar a los trabajadores mexicanos.
Ante Estados Unidos no existe este mecanismo bilateral. “El gobierno estadounidense se ha negado a aceptarlo. Tienen siempre mucha reticencia a establecer procesos vinculatorios para regular las visas de trabajo”, dice Ancheita. La respuesta de apoyo ha tenido que venir de los trabajadores organizados y de la sociedad civil.
Haciendo el trabajo del gobierno...