Detectar riesgos de violencia en instituciones educativas
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Hoy en día, por desgracia, el uso de los medios de comunicación, entre estos internet, se ha desvirtuado; de tal modo que lejos de informar a la población, la desinforman, causando un ambiente de desconcierto, incertidumbre y en ocasiones hasta pánico; en el uso responsable de estos medios, estamos implicados todos, medios de comunicación, instituciones educativas, sociedad civil, gobierno, etcétera.
Es un hecho que no podemos parar el ritmo que nos impone la innovación, como también lo es, que estamos obligados legal y moralmente a comportarnos de manera ética y coherente en la sociedad de la información. Como instituciones educativas, es imperativo establecer normas de uso de teléfonos inteligentes, redes sociales, internet y mensajeros instantáneos dentro de las instalaciones de la escuela así como la orientación educativa pertinente para que los alumnos dentro y fuera de esta, se comporten correctamente en el uso de la tecnología para evitar riesgos para su persona, familia y terceros.
No estamos hablando de la prohibición de su uso, sino de la regulación del mismo, reglamentos de conducta y concientización de los posibles riesgos y las implicaciones legales que pueden tener lugar en caso de un uso indebido de las tecnologías de la información y comunicación.
La forma idónea para identificar un potencial riesgo o riesgo inminente, es conocer a nuestro alumnado, los adolescentes, sobre todo, son altamente emocionales y predecibles, por lo que aprender a leer sus cambios de conducta, temores, agresividad, arranques, es imprescindible.
Las escuelas no pueden darse el lujo de “confiar” en rumores que los mismos alumnos o los padres de familia difunden a través de mensajeros instantáneos, lo que se debe de hacer es contar con un protocolo de prevención y atención inmediata de actos violentos.
Asimismo, se recomienda la impartición de talleres para alumnos y padres de familia para que aprendan también a identificar casos auténticos de riesgos o de señales de emergencia.
Los padres de familia, así como todo el núcleo familiar son parte fundamental para la prevención y atención de estos casos; generalmente, aunque no siempre, los niños y adolescentes violentos provienen de un ambiente familiar donde se fomenta la violencia o son víctimas de ella, por lo que se recomienda que exista en las escuelas una trabajadora social así como un equipo de psicología y pedagogía que auxilie a los alumnos y a las autoridades en la identificación y atención de estos factores de riesgo; es importante concientizar a los padres de familia de las responsabilidades legales que tendrían respecto de la actuación ilícita de los menores y que en la medida de lo posible, no fomenten el manejo de armas.
Debe recomendarse que niños menores de quince años no tengan acceso a juegos de video de contenido violento o bélico, por desgracia hoy en día los padres de familia no se toman el tiempo de analizar previamente estos juegos antes de comprárselos a sus hijos, los cuales por ley, vienen debidamente clasificados, justamente para prevenir que los menores que no tienen capacidad de comprender o discernir el contenido de escenas violentas tengan acceso a ellos, sin embargo, en el interior del hogar esta responsabilidad recae en los adultos cercanos a ellos.
Las redes sociales, por contrato, no son aptas para menores de edad, en el caso particular de Facebook, los niños menores de 13 años no pueden tener una cuenta legalmente, es importante señalar a los padres de familia que cualquier actividad ilícita del menor puede acarrearles responsabilidades legales en su calidad de padres o tutores.
Por último, las redes sociales no son “una niñera electrónica” y tampoco están exentas de la aplicación de las normas vigentes, por lo que recomendamos sean utilizadas con responsabilidad y estricto apego a las reglas de uso y a las leyes, pero sobre todo al sentido común.
Como sociedad estamos obligados a corroborar la autenticidad de los mensajes y contenidos antes de comenzar un envío masivo de información errónea y sensacionalista cuyo único fin es infundir el terror y los rumores, de lo contrario, como ya ha sucedido, podemos incluso ser sujetos a una investigación y su respectivo proceso penal.
Cynthia Solís
Twitter: @cynsol