¿Dónde están los niños?
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La niñez es una de las etapas más hermosas de nuestra vida. La inocencia, imaginación, sencillez, pensamiento mágico e ingenuidad son características del ser niño. Su periodo evolutivo se marca hasta el inicio de la pubertad, alrededor de los 10 u 11 años en niñas y entre 11 y 12 años en niños. Sin embargo, no es fácil ser niño en este milenio. Terapeutas infantiles reportan cada vez más niños con serios trastornos de ansiedad y estrés entre 5 y 6 años. Observo más altas expectativas por parte de padres en el aprendizaje de sus hijos en ciertos conocimientos y habilidades. Y algunos preescolares responden a esta presión de los padres y modifican sus currículums (contenidos y materias escolares) para cumplir estos intereses. Exigen que realicen proyectos, escriban conclusiones, lean pequeños marcos teóricos para justificarlos, cuando muchos de ellos no saben leer ni escribir. Y aquí entran en juego los papás en su realización y no el de los niños. Pero mientras, el niño se enfrenta a retos aunque que no tiene el conocimiento ni madurez para llevarlos a cabo.
El preescolar significa: antes de la escuela. Es uno de los momentos más importantes del aprendizaje. Su objetivo es prepararlos para el aprendizaje de la lectura, escritura y matemáticas. Usando actividades lúdicas (juego) el niño adquiere los prerrequisitos y madurez para prepararlo a los retos y aprendizajes de primaria. A pesar de que sabemos que el preescolar es un momento preparatorio, les exigimos que lean en inglés y español, que escriban usando trazos caligráficos, imprenta o script y manuscrita o cursiva. Apenas son capaces de tomar mecánicamente un lápiz en forma correcta o hacer un círculo sin perder la forma de una rueda.
Es increíble que un niño de 4 años sea expulsado, suspendido o reprobado de año escolar. Hay más niños en terapia por trastornos de lenguaje, emocionales, inseguridad, ansiedad, baja autoestima y depresión. La presión es enorme para muchos de esto pequeños que no están listos para resolver desafíos de casi adolescentes. Muchos maestros se quejan que los niños, aún pequeños, presentan conductas desafiantes y antisociales con muy poco control de sus impulsos, reacciones agresivas y conductas destructivas hacia sus compañeros. Estos niños son resultado de ambientes de mucha tensión en la escuela y en la familia. ¿Cuántos de ellos provienen de familias disfuncionales? Niños que sufren de experiencias negativas, como abuso familiar o ausencia maternal y parental, aumenta el riesgo de fracaso académico, abuso de drogas, depresión y conductas tóxicas.
Es fundamental el juego libre, el canto, las rimas, colorear, recortar y pegar; no es una pérdida de tiempo como lo conciben muchos padres. Con acelerarlos sólo obtendremos niños que odien la escuela, apatía y poco esfuerzo para aprender, y sobre todo con una concepción pobre hacia su persona. Dejemos a los niños ser y vivir como niños. Si los presionamos a vivir como adultos, cuando lo sean vivirán como niños. Todo a su momento: vivan los niños su niñez, los adolescentes su adolescencia y los adultos su adultez. Si no pagaremos las consecuencias: niños con serios problemas de adultos y adultos con serios problemas de niños.
@DrJesusAmaya
jesus.amaya@udem.edu