¿Duele la muerte?
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Vedado para muchos y evadido por otros, el tema de vez en cuando se aparece en nuestras conversaciones. A todos nos preocupa la muerte porque siempre hemos asociado a nuestro cuerpo con la vida. Lo reflexionamos y nos hacemos la pregunta sobre qué sucede después de ella. Fue en una de esas pláticas que le dije a Sandra, mi esposa: A mí no me vayan a cremar porque no sabemos si va a doler. Ella me dio la respuesta lógica: No te puede doler si ya vas a estar muerto. Pero es posible que esté equivocada. Nuevas teorías e investigaciones de la ciencia nos pueden hacer creer que la muerte pudiera no ser el fin de todo. Una investigación de científicos de la Universidad de Montreal dio a conocer hace algunos años sorprendentes resultados de una investigación, que habría encontrado actividad cerebral en un humano aun cuando el electroencefalograma se encontraba más allá de la línea plana.
Por años, la ciencia había dado como cierto que después de esa línea no hay (o había) nada, sólo la muerte. Pero en la investigación este no fue el caso. Y es que hallazgos sugieren que pudiera existir una nueva frontera sorprendente en el cerebro. Para llegar a estas conclusiones observaron a un paciente en estado en coma profundo a causa de un medicamento antiepiléptico que utilizaba por problemas de salud.
Fue ahí que notaron que, aun con el electroencefalograma en línea plana, el cerebro registró actividad en forma de oscilaciones generadas en el hipocampo, responsable del aprendizaje y la memoria en nuestro cerebro. Después hicieron este mismo experimento con 100 gatos y los resultados fueron exactamente los mismos.
Sobre ese tema ha investigado el científico Robert Lanza, jefe de Medicina Regenerativa en la empresa Astellas Global Regenerative Medicine, quién es además profesor adjunto en la Escuela de Medicina de la Universidad de Wake Forest. Su investigación actual se centra en las células madre y la medicina regenerativa y su potencial para proporcionar terapias para algunas de las enfermedades más mortales y debilitantes.
Lanza ha obtenido premios y escrito más de 30 libros de ciencia entre ellos. El profesor es una referencia definitiva en su campo y uno de los científicos más respetados en el mundo, en ocasiones comparado con Albert Einstein por su “pensamiento rebelde”.
Hace unos años, Robert Lanza y el conocido astrónomo Bob Berman dieron a conocer una nueva teoría: el Biocentrismo, una nueva visión revolucionaria del universo. Ambos sostienen que el espacio y el tiempo sólo existen como un medio para entender el mundo que nos rodea y que sin la conciencia, el espacio y tiempo no podrían existir realmente y, por lo tanto, no morimos nunca.
Afirman que, sin la existencia concreta del tiempo, la muerte es sólo un reinicio que conduce a todas las posibilidades como el de los universos paralelos que aseguran existen y en donde hay vida.
Desconozco si Robert Lanza tenga razón, pero su idea es tan radical que puede sacudir los cimientos del conocimiento científico, algo que ya ha sucedido antes. Hace 500 años los humanos aseguraban que la Tierra era plana y que éramos el centro del Universo. Hace 150 años creíamos que nuestro origen estaba en Adán y Eva hasta que Darwin cimbró al mundo con su Teoría de la Evolución. Hoy, todo eso parece tan absurdo como absurda puede parecer hoy la teoría de Lanza y Berman.
El Biocentrismo propone ideas sorprendentes que nos pueden llevar en un viaje inesperado a través de un universo paralelo en donde el espacio, el tiempo y la muerte son solo una visión de un mundo que deja de lado los apegos a una vida creada por la conciencia que hoy nos hace creer que después de la muerte no hay nada.
Aún no lo sabemos, pero quizás la vida y el cuerpo humano como hasta ahora la conocemos son mucho más que una extraña mezcla de oxígeno, carbono y algunos otros químicos y que, como asegura la teoría de Lanza, la vida es esencialmente inmortal.
Lo preocupante en todo caso es que esta inmortalidad resulta poco atractiva porque si en esta o en otra vida seguimos perpetuando nuestros errores y horrores, construyendo como hasta ahora una vida llena de miseria, enfermedad, ignorancia, desigualdad, codicia y violencia, en ese caso lo que duele no es la muerte, lo que duele es la vida.
@marcosduranf