El amor mira con unos anteojos que hacen parecer oro al cobre
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El Quijote II, 19
Dos como clérigos o estudiantes y dos labradores “que sobre cuatro bestias asnales venían caballeros”, discuten con don Quijote y Sancho Panza en el camino rumbo a las bodas del rico Camacho con la hermosa Quiteria, sobre el tema de los enamorados y, en general, sobre el enamoramiento.
La materia de la conversación se suscita con motivo de que Basilio, que es pobre, desde niño está perdidamente enamorado de la bella Quiteria, quien una vez desposada con el rico Camacho habrá de ser para Basilio “la sentencia de su muerte”.
Cuando Sancho expone su opinión, entre otras cosas dice: “Denme a mí que Quiteria quiere de buen corazón y de buena voluntad a Basilio, que yo le daré a él un saco de buena ventura: que el amor, según yo he oído decir, mira con unos anteojos que hacen parecer oro al cobre, a la pobreza, riqueza, y a las lagañas, perlas”.
Con lo anterior Sancho da a entender que si la linda Quiteria ama verdaderamente a Basilio, lo verá rico y no pobre, porque el amor es ciego, como los poetas pintan a Cupido, el dios del amor.
En el día llamado del amor y la amistad, pareció oportuno recordar este refrán.
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