El ‘boom’ de los implantes capilares
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Aumenta en 60% el uso de injertos contra la calvicie en el mundo.
CDMX.- Casi, por un pelito literalmente, Alberto López pudo hundirse en la depresión. Pero pagó 40 mil pesos y dijo adiós a la baja autoestima. Por ese monto le implantaron, uno a uno, 2 mil 400 cabellos en la parte frontal de la cabeza, donde su principal enemiga le había hecho ya mucho daño: la alopecia androgenética (común o hereditaria), mejor conocida como calvicie, esa palabra que infunde tanto temor e inseguridad sobre todo en personas del sexo masculino.
Con un 60% de crecimiento en el mundo en los últimos dos años, los implantes capilares se consolidan como la respuesta al problema, pero México figura entre los países donde la falta de regulación permite que, aunque no sea lo común, se enfrenten riesgos que pueden llegar hasta la necrosis de la piel o deformidades por una mala práctica estética que puede ser ejecutada —gracias a los cursos o diplomados de especialización—, ya sea por un médico general, un cirujano plástico, un dentista o hasta un otorrinolaringólogo, pese a que la Comisión Federal para Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris), según el artículo 272 Bis de la Ley General de Salud, el médico que realice este tipo de procedimientos debe contar con especialidad en dermatología o cirugía plástica reconstructiva.
A pesar de que el común denominador del negocio es la ausencia de una normatividad adecuada, según datos de la International Society of Hair Restoration Surgery (ISHRS), se estima que en 2016 se realizaron 635 mil 189 procedimientos quirúrgicos de restauración capilar en el mundo, 60% más que en 2014.
En el caso de México, hace algunos años, el procedimiento costaba al menos 120 mil pesos. Hoy los precios se han reducido frente al crecimiento de la demanda y empiezan desde 40 mil pesos por 2 mil 500 cabellos.
Según el grado de la calvicie será el costo del implante. El negocio dejó el año pasado importantes ganancias y según estimaciones de la ISHRS tan sólo en 2016 la derrama económica global ascendió en total por su valor de mercado a 73 mil 875 millones 979 mil 169 pesos [4 mil 166 millones 721 mil 893 dólares y 3 mil 666 millones 715 mil 266 euros].
Las regiones que más cirugías realizaron en 2016 de acuerdo con la ISHRS son Asia, con 195 mil 284; Medio Oriente con 149 mil 400 y EU, con 133 mil 136. En América Latina se realizaron 65 mil 930.
¿En buenas manos? No siempre
Como en Alberto, la caída de cabello en hombres jóvenes puede causar autoestima baja e incluso depresión. En su caso, a los 28 años las entradas en su frente ya eran muy visibles y decidió recuperarlo mediante cirugía capilar, al igual que lo han hecho personajes muy conocidos como Luis Miguel, William Levy, Alex Syntek, el príncipe Guillermo o Elton John.
La alopecia androgénetica es más frecuente en la población masculina, pero las mujeres también la padecen. Las causas son hereditarias, la edad avanzada y en el caso de los hombres el efecto de la testosterona en el cuero cabelludo. Ellos también buscan proyectar una buena imagen.
El doctor David Pérez Meza, egresado de la Escuela Médico Militar de la CDMX, se especializó en cirugía plástica y reconstructiva en el Hospital General, aunque su interés por la reconstrucción capilar lo llevó a convertirse en experto porque padeció los estragos de la calvicie.
Pérez Meza, primer hispano que recibió certificación del American Board of Hair Restoration Surgery (ABHRS) —reconocido internacionalmente como la única instancia que certifica a los especialistas en cirugía de restauración capilar—, ha realizado cirugías en México y EU.
Actualmente trabaja en España, afirma que a la fecha “en las escuelas de medicina mexicanas no existe la especialidad”, por ello el procedimiento lo suelen ejecutar dermatólogos y otorrinolaringólos, entre otros.
Cirugías
Isela Méndez Baca, especialista en trasplante capilar e integrante de la clínica Fuera Calvicie, práctica en mayor medida la técnica del FUE. Para ella se utiliza el proscope, una especie de lupa digital con 40 aumentos, especial para ver el cabello y sus graft [injertos]. Por medio de la lupa se determina qué injertos pueden ser extraídos. El FUE es un proceso meticuloso en el que el injerto se hace folículo por folículo y que funciona como una semilla de la que posteriormente se obtendrá cabello; siguiendo una línea previamente trazada son colocados los implantes.
La cirugía capilar de la tira es realizada en México desde hace 26 años por la clínica Traspel. Alan Rivas Susarrey, otorrinolaringólogo especializado en esta técnica, explica que se basa en extraer tiras de pelo de entre 15 a 20 centímetros de largo por un centímetro de ancho. Este método extrae todo el sistema que permite nutrirse al pelo, piel, glándula sebácea y vaso capilar. Se realiza una sutura para fijar la tira, que deja una cicatriz en forma de línea que puede cubrirse al crecer el cabello. Con la tira se pueden extraer grupos de alrededor de 5 mil cabellos individuales. Es ideal para cubrir áreas de calvicie pronunciadas.
Consecuencias...
La creciente demanda de restauración capilar y la nebulosa regulación han propiciado que establecimientos cosmetológicos, consultorios médicos o en el mejor de los casos clínicas equipadas con todo lo necesario para una intervención quirúrgica, practiquen los dos tipo de cirugías.
Pérez Meza ha hecho diversas investigaciones respecto a las consecuencias de un procedimiento mal realizado. Encontró que aunque en apariencia es una intervención sin riesgos mayores, en países como Turquía, donde en algunos casos operan personas que no están capacitadas o que trabajan en condiciones insalubres, se puede infectar el cuero cabelludo y dañar la piel de la cabeza hasta su necrosamiento.
En los casos más extremos, como producto de una infección, se pueden presentar malformaciones en el área del implante. También la foliculitis o inflamación.
En términos estéticos un mal diseño del trasplante puede hacer que el injerto se vea falso y que el paciente acabe con una frente muy pequeña o con la apariencia del pelo de un muñeco Ken y no de cabello natural.
Alberto López evaluó los distintos procedimientos de injertos capilares y se decidió por la técnica de FUE. El apoyo de su familia lo motivó a hacerse el tratamiento hace unos años. Le injertaron 2 mil 400 cabellos. El costo fue de 40 mil pesos y hoy se siente satisfecho con los resultados.
“Aunque no pasa nada si se es calvo, uno siempre quiere fortalecer su autoestima”, dice Alberto. Las molestias que tuvo después del procedimiento fueron prácticamente nulas.
“Al poco tiempo te acostumbras, se ve tan natural que a menos de que alguien más lo diga, las personas no se dan cuenta de lo que me hice. Prefiero no mencionarlo, me siento más cómodo así”, comenta Alberto, pero no todos los pacientes pueden tener una experiencia positiva.
A simple vista los injertos individuales en él FUE son semejantes a la arteria, los pequeños crustáceos que sirven como alimento a las tortugas. La sangre se mezcla con el folículo capilar y con una sustancia transparente que conserva en buen estado cada injerto, de los cuales saldrá nuevo cabello, posteriormente.
Durante la intervención, el paciente presenta pequeños puntos rojos, por la sangre que producen las pequeñas incisiones, la cual se limpia a medida que avanza el procedimiento. Los primeros dos o tres meses aún se cae el cabello, pero queda la raíz y eso hace que el implante funcione en su totalidad a partir de los seis meses. Si trascurrido un año el cabello no crece de manera adecuada y se sigue cayendo es una señal de que el procedimiento no fue bien hecho.
Turquía, un refugio
-Turquía está de moda por peculiares paquetes de tratamiento, con creciente demanda, que parecen diseñados para turistas en lugar de pacientes.
-Por 2 mil a 5 mil euros, quien lo busque puede volver a tener cabello y algunas comodidades extra como hospedaje en hotel de 5 estrellas, cuidados pre y post hospitalarios.
-Así como traductores en todo momento, guías que van al aeropuerto y, en algunos casos, boleto de avión. Hay alrededor de 250 clínicas en ese País.
-En Medio Oriente es común la calvicie, por causa genética o por el uso diario de turbantes que generan calor y humedad y favorecen la caída de pelo.
-De 2014 a 2016, en esta región creció el número de procedimientos en 163%.