El caso Monclova, ¿negligencia criminal?
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Si usted es de los que creen que la principal función de un gobierno es proteger a sus ciudadanos, le puedo decir que en Monclova han constatado el desprecio casi criminal por nuestra salud.
Hace unas semanas, el periodista lagunero Javier Garza Ramos escribió la crónica: el 15 de marzo un trailero de Piedras Negras se atendió en la clínica 7 del IMSS en Monclova. Lo revisaron en el área de urgencias en donde el personal médico le diagnosticó un probable caso de COVID-19. Como podrá imaginar, la clínica ni el personal médico contaban –ni cuentan– con el equipo adecuado. Pasó casi una semana para que le realizaran una prueba que por supuesto resultó positiva. Después, todo fue un desastre que continúa. Cientos de contagios, en especial de personal de la clínica, decenas de muertos y el IMSS que a pesar de todas las alertas sigue sin responder en los hechos, ni mucho menos garantiza la seguridad de quienes están en la línea de batalla ante el coronavirus.
Pero en medio de la crisis, los publicistas del régimen anunciaron que el equipo de protección ya iba en camino a Monclova. Los cubrebocas de los cuales se ha discutido por semanas y que llegaron a decir que no eran realmente necesarios, con lo que se admitía que la llegada del equipamiento era una mentira porque habían almacenado suministros y ahora los buscaban por todo el mundo.
Las semanas han transcurrido y a medida que el número de muertos aumenta, la creciente ira y desilusión con quien se ha promovido como “el chico maravilla” de la 4T –que de chico y de maravilla no tiene nada–, y hago ese juicio ciñéndome sólo a su hoja de vida, en donde no encuentro nada extraordinario, salvo nacer en la cuna correcta. Me refiero a Zoé Robledo, director general de IMSS, quien jamás dio la cara a su personal y mucho menos a los monclovenses, ciudad en donde hasta ayer se contabilizaban más de 180 contagiados y 21 muertos.
Eso sí, Zoé se aparece en eventos mediáticos recibiendo insumos de vuelos provenientes de China en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México o publicando fotos en sus redes en plan de rockstar.
De Javier Guerrero, el segundo al mando en el IMSS, coahuilense y de quien se hubiera esperado algún interés por atender la tragedia que sucede en su tierra, hemos escuchado sólo su silencio. Ilusos quienes esperaron más de él, especialista en escapar de los conflictos.
La excusa de que recibieron un sistema colapsado está fuera de lugar. Ellos son responsables de una austeridad que devastó la Clínica 7 del IMSS, y de no desafiar la inacción política criminal. Nadie ordenó ni ha ordenado cerrar la clínica para dedicarla sólo a casos de COVID-19. Subestimaron el virus, pusieron en riesgo a sus propios trabajadores y a todos los monclovenses. Espero que cuando todo esto termine, se establezca quién exactamente debe asumir la responsabilidad y evaluar quién subestimó al COVID-19 y volteó la cabeza hacia el otro lado, y determinar si estamos ante un caso de negligencia criminal.
Y mientras la tragedia ocurre, el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme, ya se convenció a base de alabarse a sí mismo y con base a su publicidad, que ha actuado de manera ejemplar ante la crisis sanitaria. Y es que levantar una carpa con camas de hospital no es un hospital. Usted ya se indignará del costo económico que eso tuvo. Aun así, por más fotos y publicidad, la epidemia no cede, tampoco la de la ineptitud.
Pero ahora está muy ocupado en otros temas, porque en medio de la convulsión nacional ha encontrado el foro que le había sido negado en el pasado. Se reune constantemente con gobernadores vecinos –ya perdí la cuenta del número de veces–, pero la última fue ayer para insistir en un nuevo pacto fiscal.
De la crisis en Monclova por COVID-19, le puedo decir que han sido los monclovenses quienes se organizaron y donaron equipo médico y alimentos, no solo a las clínicas del IMSS, también a otros hospitales de la zona. Su solidaridad y organización son un ejemplo para los directivos del IMSS y el gobierno estatal o municipal.
Pero como al COVID-19 le importa muy poco la política, entre fotos y declaraciones, los contagios y la muerte siguen. Ya el tiempo regresará a cada quien al sitio que en términos de credibilidad ha tenido siempre.
@marcosduranf