El costo de la desconfianza en México: el caso de abrir una empresa
COMPARTIR
TEMAS
Más de uno de nosotros ha estado en el trámite (lento, costoso y burocrático) de abrir una empresa. Primero, el acta constitutiva ante notario en la que hay pagar los honorarios del notario y el registro público ante el estado. Este proceso puede tardar mínimo dos semanas hasta meses más los pagos que debes hacer, los cuales varían muchísimo de acuerdo a la ciudad donde estés, ojalá no sea CDMX, ahí si te va a salir bien caro.
Una vez que tienes tu acta constitutiva toca ir al SAT a darse de alta, pedir una cita (una misión imposible en pandemia, están tardando más de dos meses en darte una cita) y dar de alta y más vale que esté bien con todas las responsabilidades que si te tocan (si no pones atención te pueden poner de más) como contribuyente, que al final es la forma en que el SAT calculará los impuestos. Ahora sigue, el proceso para poder emitir facturas, si no tienes un buen contador te tocará pelearte con el portal del SAT y sus famosos folios para poder empezar a cobrarle a un cliente. Y no te quiero contar, todo el dinero que se te pudo haber ido por no poder facturar mientras estabas empezando a vender. Sí claro, porque mientras todo esto pasaba, tú seguiste trabajando, produciendo, vendiendo, gastando, sin poder meter un peso a tu empresa.
Si te fue bien con el tema de la factura, te toca el banco, necesitas una cuenta a nombre de la empresa, puede ser que ya haya pasado un mes (si te fue bien) o hasta seis u ocho meses. Ahora, esperemos que tu notario sea muy bueno, porque si se equivocó en el acta o al ejecutivo o gerente en turno no le gusto una coma, te tocará hacer una asamblea con los cambios, y volver a empezar (notario, registro público, protocolizar actas). Pero, esperamos no sea el caso. Entonces, el ejecutivo te pedirá que le dejes el acta, comprobante de domicilio, inscripción al RFC, INE o pasaporte del representante legal, cuando mínimo más cualquier otra cosa que se le ocurra, y que lo revisará “jurídico” del banco. Esto puede llevar dos o tres días hábiles sí son eficientes, o hasta dos semanas. Y luego, ellos decidirán si te abren o no la cuenta, para que tú, por fin, puedas empezar a cobrar. Antes de eso, te tocará ir a firmar contratos en papel que no podrás leer fácilmente.
Ahora bien, estas últimas semanas tuve la necesidad de abrir una empresa en Estados Unidos, en plena pandemia con las fronteras cerradas, y pensé que sería un martirio como mexicana, acostumbrada al trámite en mi país. Sin embargo, me lleve una grata sorpresa. Les contaré por qué.
Se puede hacer por internet, sin ir a ningún lado, pagando una cantidad (con tarjeta de crédito o débito, en línea) y teniendo a la mano datos básicos: nombre de la empresa, giro, nombre de los socios, dirección de la empresa. Sí, la puedes hacer tú solo sin ayuda de nadie, y puede haber extranjeros y no necesitas ir a ningún lado. Está lista en menos una hora. Después, con los datos arrojados de la creación de esta empresa entras a IRS, el SAT en Estados Unidos, y das de alta (tú solo por internet) tu empresa nueva. Ahora, tocaba el banco. Me comuniqué con una ejecutiva por teléfono (acuérdense que la frontera está cerrada) y le mande estos papeles y me reenvío los contratos para firmar a través de una aplicación en mi celular. Y listo, puedes empezar a cobrarle a tus clientes, por ende, hacer crecer tu negocio y generar empleos.
Esta experiencia me dejó pensando. ¿Cuánto nos cuesta la desconfianza en México? ¿Por qué es necesario firmas ante notario, actas protocolizadas, copias certificadas? ¿Por qué el SAT quiere que vayas con todos esos papeles, personalmente? ¿Por qué los bancos necesitan que vayamos ahí, nos pidan las huellas, nuestras firmas o hasta el iris de nuestro ojo (en algunos casos)?
Los seres humanos tenemos que aprender (más vale que lo hagamos rápido) a vivir en sociedad respetando al otro, pensando en el otro antes que en uno mismo. ¿Suena simple no? Algunos me dirán que es hasta sentido común. La verdad es que no es así. Desconfiar de los demás nos cuesta mucho como país, nos cuesta ausencia de educación, falta de generación de empleos.
Invertir hoy en educación para la ciudadanía, en construcción confianza entre los ciudadanos, en invertir en desarrollo, ahorrar en los problemas que tenemos y/o podríamos tener en el futuro. ¿Qué estás haciendo hoy diferente para ser más Ciudadano o Ciudadana? ¿Qué estás haciendo hoy para construir confianza con las personas a tu alrededor?
Asume el reto. Ganamos todos. #CiudadanosdeTiempoCompleto