El cuento de la presión presidencial
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Dicen que Calderón presionó muchas veces a los ministros de la corte en las causas que él y su gobierno perseguían. Otros dicen que no es así, son los del otro extremo. Ellos señalan que Andrés Manuel sí lo hace porque quiere erosionar la autonomía del poder judicial y controlarlo todo, como hace de facto con el poder legislativo. Que la democracia en México está en riesgo, sostienen los detractores del Presidente. Así las redes sociales, aunque para saber la verdad es cuestión de ver los hechos. Por sus sentencias los conoceréis.
La verdad, poco importa el tema en controversia. Sea la presión del Ejecutivo al Judicial, la corrupción en éste o en los anteriores gobiernos, la militarización de la seguridad pública o la “invasión” de migrantes, la lista de temas polarizantes se continua en la maldición del Cruz Azul, en el orgulloso “ódiame más” del América, en los poco ortodoxos métodos del Tuca Ferreti o en la pasión desbordada, y por momentos violenta, de la afición futbolera, sean estos de Pumas, Tigres o cualquier otro equipo.
La semana pasada, Christopher Landau, embajador de Estados Unidos en México, desató un debate sobre el chocolate y el pan de muerto: ¿debe decirse “sopear o chopear”?. Yo me inclino por chopear y aprovecho para tomar partido contra las “quesadillas de queso”.
El tema importa poco o nada, en este mundo dualista e interconectado todo encontrará la forma de polarizarse. El aburrido centro no está de moda, tampoco el debate sereno y razonado. El contexto tampoco importa, para cuando las cosas se explican o entienden, ya pasaron al archivo y la opinión pública ya está enfrascada en otra discusión.
La queja, la denuncia o el litigio suelen resultar verdaderamente ridículos: “Me amenazó y me presionó”, acusan a Calderón, a Peña o a Andrés Manuel. Como si nunca hubieran existido amenazas y presiones; como si fueran a dejar de suceder. “López Obrador amenazó al ministro Medina Mora, por eso dejó el cargo”. Como si quien fue director del CISEN, secretario de Seguridad Pública y procurador general de la República fuera un corderito indefenso. ¡Basta de hipocresías! La presión de un poder a otro no es nada nuevo ni es privativo de México. Es parte de los juegos de poder y es perfectamente normal en una democracia.
Calderón no sólo presionó al Poder Judicial, también presionó al Legislativo y lo hizo muchas veces, como lo han hecho sus antecesores y lo seguirán haciendo sus sucesores. En ello radica la eficiencia o ineficiencia del sistema de pesos y contrapesos en una democracia liberal. López Obrador no es distinto de Obama o de Lula; como tampoco lo son Álvaro Uribe o Michelle Bachelet respecto de Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto. El poder es para ejercerse y se ejerce desde tres poderes y tres niveles, a veces ceden unos, a veces otros, en ocasiones no cede nadie. No nos hagamos bolas, no contribuyamos a radicalizar una banalidad más.
Lo que estamos viendo, tras la supuesta crisis del Poder Judicial fabricada en las redes sociales, es a un ministro presidente de la Suprema Corte que no resiste la tentación del protagonismo. La Corte habla, apoya o se desmarca con el peso de sus sentencias; no participando en debates baratos en la redes sociales. Cuando el Presidente de una Corte Suprema, en cualquier país del mundo, sale a fijar postura, lo hace y punto. No se mete en dimes y diretes.
Vemos también a un Ministro que no aguantó la presión. ¿Por qué renunció Medina Mora? ¿De veras creen que por una amenaza lisa y llana? ¿La 4T de veras asusta más que el crimen organizado que, sin duda, amenazó y amenaza a todo funcionario de las áreas de seguridad, como lo fue Medina Mora? ¿No será más bien que la supuesta amenaza se sustenta en hechos constitutivos de delitos?
La democracia mexicana es, sin duda, imperfecta, tiene muchas debilidades y enfrenta múltiples retos, también el Poder Judicial. No podemos negar que en esta democracia, como en cualquier otra, los jugadores se atienen a ciertas reglas políticas y legales, utilizan las reglas del sistema para avanzar su causa. Algunos, los más avanzados, se sirven del sistema para avanzar una agenda de trabajo. Otros, los más mezquinos, las aprovechan para su beneficio personal. No nos flagelemos y trabajemos más, México lo necesita y es responsabilidad de todos.
@chuyramirezr
Rebasando por la Derecha
Jesús Ramírez Rangel