El paquetazo de AMLO
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Pues muy bonito lo del Grito y todo. Lo que ya no supe es si esta es la primera ceremonia de Independencia que encabeza nuestro impoluto soberano o también es el tercero en lo que va de su administración, ya ven que él se maneja con –ch.s.m.– otros datos y al parecer con otras cuentas, incluso otro calendario astronómico.
Damos gracias que se apegó a un protocolo y no se le ocurrió gritar, digamos, “¡viva Paco Ignacio Taibo!” o ¡viva Attolini! o peor aún –ni lo mande nuestro póquer de héroes: José, María, Morelos y Pavón– “¡viva Jesusa!”.
No, corto y mesurado se vio mejor nuestro viejito y luego se fue a comer unos pambazos. Las escenitas y los ridículos recayeron esta vez en el expresidente Felipe “el Comandante” Calderón y Manuel “Te quiero yo y tú a mí” Bartlett, quienes se dieron con todo vía Twitter, como las viejas guandajas y posmodernas que son.
El caso es que, chairos o fifíes, todos somos “mexicanes” y sin distinciones étnicas, partidistas, socioeconómicas o diferencias en torno al eterno debate de la quesadilla, agarramos al unísono un insurgente cuetón que hoy se siente como que en algún momento de la noche cargamos la losa del Pípila con la cabezota –‘ora “desniéguenmelo”–.
Lo que no se vale es tener tan pobre, estrecho, limitado, corto y deplorable conocimiento del catálogo de música regional. Mire que tocar a Luis Miguel con mariachi como si él hubiera inventado el género y de allí dar el salto al repertorio de banda, le aseguro que… nuestros héroes no se inmolaron para eso.
Y no voy a discutir hoy si son buenas o malas propuestas, pero si su gusto y conocimiento musical vernáculo está más o menos acotado por estas dos opciones, usted estaría mejor como vasallo de la Corona Española.
Una vez superado el magno compromiso de septiembre, de acuerdo con la pauta marcada por los supermercados y otros establecimientos comerciales, entramos en una zona temporal en la que convergen todas las festividades, fechas cívicas, celebraciones y conmemoraciones del resto del año:
La “Hallo-vidad” es una amalgama de sincretismo que comprende además el Día de Muertos, Aniv de la Rev, Thanksgiving –para los whitexicans–, Black Friday y Buen Fin –según sus posibilidades–, Día de la Virgen, del Teletón, Santos Inocentes, Año Nuevo y Reyes Magos.
Dese una vuelta al “súper” y vea coexistir en un mismo espacio el pan de muerto con la rosca del seis de enero y calabazas jalogüineras con bigotes de revolucionario.
Para el comercio, el 2019 ya valió pura baba de nopal y para los gobiernos también, y es que ya discuten, hacen cálculos y se reparten el paquete económico del 2020 mientras se frotan las manos cual mosca azul y panteonera, como aquella que se tragó Pedrito Sola.
Las autoridades locales ya no saben si ejercieron, subejercieron o mal ejercieron el último paquete que les dejara su muy llorado comandante, el zafio políglota, Quique Peña, no ven ya la hora de darle en su madre al presupuesto del año que entra.
Nuestro apuesto y muy legítimo gobernador, Miguel Ángel Riquelme Solís, sin embargo, no se mostró especialmente optimista respecto al 2020 que, de acuerdo con su visión, no pinta muy halagador.
“En realidad no hay una expectativa alta para nuestra entidad”, expresó Riquelme Solís.
Mire, si usted gusta analizar y desmenuzar el paquetaxo económico que nos preparó Santa-AMLO y su duendecillo triste, Arturo Herrera, para el año venidero, adelante. Es más, lo conmino a que lo haga y nos comparta sus puntos de vista, sus sesudas apreciaciones y sus más severas críticas.
Pero una cosa sí le puedo asegurar: ningún maldito paquete económico, por más abultado, boyante, generoso, vasto y chimengüenchón que venga, nos va a venir a subsanar la economía estatal que dejó en bancarrota la “Cosa Nostra” moreirista, y de la que Riquelme es sólo el corolario.
No nos venga con que no se pueden fincar grandes expectativas sobre el paquete económico 2020, si somos un estado sobre endeudado que solicita nuevos préstamos sólo para cubrir su gasto corriente.
No le eche la culpa al paquetaxo si cada año tiramos miles de millones para cubrir puros intereses de la megadeuda, por culpa de la maravillosa ingeniería económica de este gobierno y los que le precedieron.
Finalmente, no se excuse en el Gobierno Federal si Coahuila no se preocupa por perseguir el desfalco, el enriquecimiento ilícito, la impunidad, ni la facturación apócrifa, ni las empresas fantasma.
Dicen que AMLO es experto en dar atole con el dedo… Pero el Gobernador de Coahuila nos está dando puro dedo y ni quien respingue.
¡Viva México!
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